T R E I N T A Y C U A T R O

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"Te ame un millón de noches,Que sería pecado amarte una vez mas".

"Te ame un millón de noches,Que sería pecado amarte una vez mas"

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Tobías —se atrevió a hablar mientras le tomaba la mano. El roce casi creó chispas entre ambos, polos tan opuestos entraron en contacto.

El invierno había tocado la mejilla del verano, y no le importaba derretirse con tal de seguir estando cerca. Comenzaba a tomarle gusto al calor que este irradiaba o, bueno, como solía hacerlo, pues el sentimiento cálido duró tan poco que incluso tuvo que soltarle la mano.

¿Por qué se sentía más frío? No solo eran sus ojos. Su aura en sí era diferente; incluso alguien como él sintió la helada sensación de frialdad que acompañaba al castaño. Buscó un momento en la mirada confundida que este le dio aquella chispa, pero fue inútil, no fue capaz de encontrarla.

¿Sí? —habló. Este miraba al contrario de manera indiferente, como si todo el sentimiento que antes le ahogaba se hubiera secado, y así era. No tenía llama para intentar descongelar otro corazón.

Le había utilizado toda para intentar salvar a otras personas, sin darse cuenta del cambio drástico que sufría, pues mientras gastaba su voluntad en descongelar el pecho de otra persona y por la ausencia de su llama, su corazón había comenzado a congelarse. ¿Quién gastaría su llama en él?

Tu muñeca. ¿Todo bien? —Tobías bajó la mirada a su mano y observó la marca. Desvió la mirada mientras bajaba más la manga de la sudadera. Masky lo había notado.

Esta acción había causado una sensación de incomodidad en el mayor; esperaba que este confiara en él, pero realmente era algo demasiado exigente en su situación y después de todo lo que había pasado entre ellos. Sabía que estaba mal insistir, pero sus palabras escaparon antes de que fuera capaz de cerrar la boca: Tim.

Oye, está bien, no pasa nada. Solo debes contarme y lo solucionaremos —su voz tenía un tono diferente, cosa que Tobías notó, retrocediendo levemente—. Tranquilo, no pienso hacer algo que te perjudique. Tampoco estoy aquí para escapar, no busco libertad, Tobías.

La mirada del menor tenía un toque de miedo. Estaba asustado, ¿cómo era posible que estuvieran ambos presentes? Realmente tenía miedo de lo que pasaría, pues no estaba seguro de qué tan bien se llevaban ambas personalidades, aunque tenía la ligera idea de que seguramente muy buena relación no sería. Pero para su sorpresa, parecían alternarse, algo que nunca había presenciado.

Tanto tiempo, Tim, creí que tardaría más en volver a verte —murmuró bajo, intentando controlar su acelerado corazón. A pesar de ello, buscaba en lo profundo de su pecho si aún seguía viva alguna chispa de su antiguo amor, pero había llegado tarde; el aire se había encargado de llevarse todo.

Sí, bueno, la última vez no tuvimos oportunidad de hablar, Tobías. Pensé que llegarías algún día, estuve esperando por ti, pero algo te tenía más ocupado —habló. Tobías apretó la mandíbula mientras su mano apartaba los mechones de cabello que se revolvían con la ligera ventisca.

Tim intentaba que este sintiera lástima, una forma de manipulación para causar culpa y con esto poder tener a la persona cerca, casi como la manipulación emocional donde una pareja tóxica amenaza a la otra con autoinfligirse algún castigo físico si la otra parte no cumplía algún capricho. En otro momento Tobías hubiera caído posiblemente, pero ahora era más consciente de todo a su alrededor.

Tantas semanas, sentado frente a esa estúpida puerta, soñando con vernos de nuevo y volver a lo de antes. Deseé tanto regresar al pasado, donde charlamos, pero solo fui yo quien te extrañó —este seguía, motivo que le hacía pensar a Tobías que Masky estaba de acuerdo con cada palabra, pues en ningún momento intervino.

Conocía levemente sobre el trastorno que sufría su compañero; incluso se había tomado el tiempo de saber lo mínimo para ayudarle si algún día le necesitaba. Sabía que era posible que dos personalidades estuvieran en la luz, como se le llamaba frecuentemente, pero nunca pensó que Tim sería lo suficientemente fuerte para lograr compartir con su otra personalidad. Pues esto era más un juego de poder; en este momento Masky era la personalidad dominante.

Así que si Tim decía todo esto era porque Masky lo permitía; de otra manera, le hubiera quitado de la luz, dejándolo a él a cargo, cosa que le hizo molestar aún más. Pues el mayor no se callaba, contando todo lo que sufrió en esas dos semanas, y no le contradecía. Posiblemente lo que decía era verdad, pero eso no significaba que tuviera el derecho de venir y gritarle que había sido su culpa, intentando hacerlo sentir culpable.

El único sentimiento que provocaba en Tobías era coraje. Realmente se sentía enfadado, tanto que no notaba las ligeras intenciones en el mayor. Si bien era una manera equivocada en que intentaba tenerlo a su lado, no era muy sorpresivo viniendo de él.

No tengo tiempo para esto, Tim — al parecer las experiencias le habían hecho madurar un poco, pues ahora prefería callar antes de desgastarse emocionalmente intentando corregir a alguien que jamás vería sus errores.

Oh, bueno, al menos eso pensaba él. Pues sí tenía la intención de irse, y de hecho lo estaba haciendo, pero algo de lo que este dijo le hizo detenerse, sintiendo como si le hubieran echado agua fría.

¿Esta es tu manera de amar? Juras amar a alguien y después lo abandonas. —¿Escucharon eso? Había sido el sonido que hizo la mente del castaño al llegar a un punto donde era más coraje que razón.

¿Cómo demonios tenía los huevos de decirle eso? Intentó callar, pero había cosas que, sin importar qué tan escondidas estén, siempre saldrán a la luz tarde o temprano. No pudo callar más tiempo, hablaba más rápido de lo que incluso su mente pensaba.

¿Disculpa? Dime que no es verdad la mierda que acabas de decir —sus manos temblaban ligeramente mientras más tiempo pasaba frente a él. Tenía la sensación de querer matarle a golpes.

Tenía tanto en la garganta que incluso sintió ganas de vomitar, sus palabras se enredaban y salían revueltas, era tanto para tan poco.

Qué forma asquerosa de amar. Se supone que cuando se ama no se abandona, y tú me dejaste solo para irte con alguien más. ¿Tanto odiabas a tu padre que decidiste ser igual? Jurándole el corazón a alguien mientras te dejabas bajar las estrellas por otro más —Tim no sabía detenerse y no medía el peso de sus palabras.

Tobías se mantenía callado, pero no porque quisiera. Simplemente estaba peleando con su garganta, intentando que el mar de sentimientos negativos saliera. No podía ocultarlo más; no importaba que la llama de su odio tocara al mayor, ya no estaba dispuesto a quemarse por él.

 No podía ocultarlo más; no importaba que la llama de su odio tocara al mayor, ya no estaba dispuesto a quemarse por él

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