C U A R E N T A

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"Y la parte más difícil fue dejar ir algo que nunca fue mío".

"Y la parte más difícil fue dejar ir algo que nunca fue mío"

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El chico se quitó la máscara y la colocó cerca de la cama. Frunció el ceño cuando vio la almohada desacomodada; la tomó y la puso de manera que el castaño no pudiera ahogarse si decidía moverse dormido. Lo miró un momento, admiraba cada detalle de su rostro aunque se sentía extrañado. Pues el cuerpo del menor estaba cobijado de pies a cabeza y eso no sería bueno para su respiración.

¿Te doy miedo? Tranquilo, no vengo a hacerte nada. No te escondas debajo de la sábana, Tobías —soltó con una risa divertida. Quitó la sábana y entonces sintió que su estómago quería devolver lo que había comido hace dias. Sus ojos pronto ardieron y no supo en qué momento se había levantado de la silla.

El movimiento involuntario de su cabeza mientras negaba de manera errática le hizo llorar con más rapidez. Se trepó en la cama y sacudió el cuerpo del muchacho, le dio palmaditas en la cara y cuando la piel fría tocó sus manos soltó un jadeo de terror.

No, no, no, no — murmuraba una y otra vez subiendo el tono de cada negación. No sabía qué hacer y sus manos temblaban como si sintieran la manera alocada en que latía su corazón.

De manera desesperada tomó el botiquín de Ann y comenzó a suturar la herida, mientras balbuceaba palabras rápidas y en tono bajo que parecían no tener sentido. Cuando acabó de suturar la herida y le había forzado a cerrarla, dejó un beso sobre los hilos que ajustaban la piel. No pareció importarle llenarse los labios del líquido negro que seguía brotando del cuerpo del castaño. Sonrió, tomando entre su temblorosa mano el rostro del menor.

Estás bien, vamos, levántate. Tobías, levántate — pedía, y cuando el castaño no acató la orden, el dolor le rompió. Era por este motivo que las relaciones entre Proxys estaban prohibidas, era este el motivo por el que estaba prohibido sentir algo más que odio. El dolor de la pérdida es suficiente para romper al más cuerdo.

Presionó sus manos contra el pecho del castaño, buscando darle primeros auxilios sin éxito. De pronto estaba ahí de nuevo. La lluvia mojaba su cabello y sus manos de niño intentaban detener la sangre que salía del cuerpo de su padre muerto. De repente volvía a sentir todo ese dolor intensificado, pero era diferente. No había sido testigo del asesinato, él lo había matado y eso le hacía sentir mal. Miró sus manos asustado y salió de la habitación.

Sus pasos no se detenían ni siquiera cuando sintió que alguien dentro de la habitación le observaba. Sabía quién era y no le importaba lo suficiente. Mientras corría por el bosque, Némesis persistía mirando la habitación. Una pequeña sonrisa se formó en su rostro a pesar de las gotas saladas que seguían deslizándose por sus mejillas. No sentía dolor, pero su cuerpo reaccionaba sin poder calmarse.

Parece que sí estará el trabajo listo para la cena — murmuró. Sabía que si Tobías moría podría quitarse más pesos de encima, era más que matar dos pájaros de un tiro. Solo tuvo que matar a uno y los demás suplicarían por recibir un disparo también.

El bosque sentía lástima por el hombre que corría a sus entrañas; las lágrimas y jadeos le provocaron que su rendimiento al correr bajara demasiado, puesto que no muy lejos de la casa sus pulmones ardieron por la mala respiración al correr. Aun así se forzó a seguir en movimiento, no tenía nada de cuidado. Esta vez no le importaba que lo vieran, no escapaba de ellos, escapaba de los sentimientos que terminaban por volverlo loco.

Ni siquiera se dio cuenta cuando había llegado al comienzo de todo. Pudo ver a Masky acompañado y realmente no tenía más fuerzas para continuar. Se detuvo detrás de un árbol, pero no fue lo suficientemente cuidadoso con el ruido y es que tampoco lo estaba siendo, pues Rouge lo escuchó.

Vamos, más vale que sigamos en movimiento —habló Masky, y aunque Kathe acató la orden caminando detrás de él, Rouge permaneció estática en su lugar, escuchaba algo.

Esperen — susurró. Masky se dio la vuelta y cuando vio la manera en que la mujer se acercaba lentamente al lado derecho de su camino se calló, miraba atento cómo la chica cazaba a quien sea que estuviera escondido ahí.

No tardó tanto en que el forcejeo dentro de las ramas terminara y la mujer aventara a la parte limpia del camino el cuerpo de Cat. Este estaba vivo y realmente parecía totalmente reacio a poner resistencia a lo que venía, cosa que extrañó a Kathe, pero no sabía si esta era una de sus mentiras.

Por fin te encontramos — habló Masky. Cat permanecía con la mirada baja, ni siquiera se levantó del suelo, mordió su labio evitando que sus jadeos al llorar lo delataran. — Tobías estará muy feliz de saber que te maté — cuando el hombre mencionó su nombre, sintió un golpe en su corazón que casi le provocó vomitar.

Masky estaba realmente molesto y parecía ser quien se encargaría de Cat, puesto que Rouge y Kathe solo observaban. Ambas notaban una actitud extraña en el felino, pero decidieron no decir nada porque este no parecía estar en una actitud violenta. Cuando Masky dio el primer golpe no hubo respuesta, el rostro del hombre, aunque se movió, volvió a mirar al piso y esto estresó al mayor.

Mírame a la cara, bastardo. ¿No puedes hacerlo, ah? — Cat no habló, ni siquiera cuando este lo paró de solo tomarlo de la chaqueta, no dijo nada ni siquiera cuando Masky le arrancó la máscara y lo aventó lejos.

Pero después fue Masky quien no tuvo palabras. El rostro del hombre estaba rojo y las lágrimas bajaban sin detenerse, estaba extrañado puesto que apostaría que Cat jamás lloraría por algo así, es más, tenía en mente que el desgraciado seguramente encontraría algo de placer en la situación de sentirse cazado por todos.

¿Cat? — balbuceó Rouge, quien no podía evitar sentir compasión y curiosidad por el hombre que había sido su compañero por tantos años y que sin duda había sido el primero en hablarle cuando esta llegó.

Está muerto — jadeó, antes de volver a morder su labio evitando que los sollozos salieran. Pero sus ojos no podían guardar el dolor que sentía, y cuando Masky lo dejó caer, buscó su máscara.

Pedía volver a tapar su rostro, de esa manera evitaría que lo miraran. Masky no se movía, permanecía estático observando la nada total y luego de analizarlo comenzó a negar deprisa. Podría ser mentira, pero sabía que ese dolor en los ojos del hombre no podía fingirse.


🌻: Espero y tengan un lindo fin de semana 🤗

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