12 CHICOS LOBOS - Capitulo 21

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Capitulo 21

Ambos se habían quedado en silencio, mirándose directamente a los ojos, retándose a dar el primer paso. El corazón le palpitaba en los oídos. También escuchaba el de Demián. Sentía que podía desmayarse en cualquier momento por toda la adrenalina que corría a través de sus venas.

¿Estoy realmente lista?

Después de dieciséis años preguntándose lo mismo, debería de estarlo. Tenía derecho de conocer la verdad, aquella que le habían negado toda su vida. Su pasado. Su origen.

- Baby Doll, ¿te encuentras bien? – la miró Demián preocupado, bajando la cabeza hasta su nivel.

Erika había palidecido, y sus labios se notaban secos. Todo le daba vueltas. Aquello era tan real, que comenzaba a afectarla. Se recargó contra la pared, y descendió lentamente hasta que estuvo sentada.

- Demián, - dijo en un susurro - ¿Qué pasa si... si no me gusta lo que dice ahí?

- ¿A qué te refieres?

- Mis padres me dejaron por voluntad propia cuando era un bebé, sin embargó, jamás los odie por ello. Toda mi vida, me repetí que lo hicieron por una razón, una buena razón... ¿Qué tal si no fue así? ¿Qué tal si solo me dejaron porque no me querían? ¿Qué tal si solo soy un error?... – una lagrima resbalo lenta y sutilmente por su mejilla – Demián, no sé si seré lo suficientemente fuerte para soportar eso.

El chico bajo para sentarse junto a ella y pasarle un brazo sobre los hombros. Erika recargó su cabeza contra su pecho, mientras Demián le acariciaba el cabello con su mano libre.

- Baby Doll, de lo único que estoy seguro, es que definitivamente tú no eres un error, en ningún sentido. – habló con cuidado, escogiendo las palabras apropiadas para darse a entender. – Haberte conocido, haberte encontrado, es lo mejor que me ha pasado...

Erika levantó la mirada para buscar la de Demián. Los enormes y profundos ojos del chico la miraban de una manera que calaba hasta los huesos. Intenso negro, como un hermoso mar de noche. No eran como los de Nick, profundos pero inquietos, exigentes. Los de Demián producían confianza, tranquilidad, calidez. Era simplemente reconfortante.

- Escucha, no sé quiénes son tus padres, ni el motivo por el cual te dejaron, pero jamás me cansaré de agradecerles por haber creado un ser tan bueno, y hermoso como tú. – dijo Demián con calma – Y no me importa lo que diga este sobre, nada cambiaría lo que pienso de ti.

- ¿En serio? ¿Aunque mi padre fuera un asesino y mi madre una drogadicta? – se le revolvió el estómago al pensar en esa posibilidad.

- Nada podría importarme menos que eso. – rio el chico.

- Gracias Demián, has sido un gran apoyo para mí. Gracias de verdad.

- No tienes que agradecerme nada Baby Doll, y recuerda, no importa lo que diga aquí – dijo señalando el sobre con su mano – tú eres mucho mejor que eso.

Aquello le dio el coraje que necesitaba. Demián tenía razón, no importaba lo que ahí dijera, Erika era Erika, y siempre lo seria. Los chicos la querían, y ellos no la abandonarían, eso era lo que realmente importaba.

- De acuerdo, estoy lista. – sus ojos vibraban por la excitación que aquellas palabras le habían producido.

Demián sonrió, orgulloso por la convicción de su voz. Tomo el enorme sobre amarillo y lo puso entre los dos. Erika alargo los dedos para tocarlo, sintiendo una pequeña descarga eléctrica, causada por la adrenalina y la emoción que se disparaba en su corazón en ese momento. Esta vez no se iba a acobardar.

12 CHICOS LOBOS ©Where stories live. Discover now