12 CHICOS LOBOS - Capitulo 14

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Capítulo 14

Un leve balanceo la ayudo a recuperar los sentidos lentamente. Por un breve instante, pensó que todo había sido solo una mala pesadilla y que estaba en la madriguera, sana y salva con los doce chicos a su alrededor. Pero una gélida ventisca la obligo a entre abrir los pesados parpados. La cruda realidad la baño igual que un balde de agua fría. Aún estaba con Jim.

El tosco chico aun la llevaba en brazos. Erika comenzó a convulsionarse para liberarse de él, pero lo único que logro es que la apretara más contra su cuerpo produciéndole dolor.

-          Por fin despiertas. – se mofo él de sus débiles esfuerzos.

De pronto Jim se detuvo, y sin previo aviso soltó a Erika, haciéndola caer bruscamente sobre un charco de nieve enlodada. El sordo golpe le saco todo el aire, dejándola inmóvil por unos segundos. Se logró incorporar hasta quedar sobre sus rodillas, los brazos le temblaban sobre ese charco de porquería fría.

 Jim se inclinó hasta quedar a su altura, y con la mano tomo más lodo y comenzó a untárselo en todas las partes que no se habían ensuciado: la cara, el cabello, la parte superior de la espalda y parte del pecho. Erika solo podía mirar como lo hacía, apenas y podía mantener el equilibrio. El frío y los golpes eran una dolorosa combinación.

-          No queremos que tus amiguitos te huelan y arruinen nuestra fiesta ¿verdad? – sonrió burlesco.

-          Por favor… - su voz sonaba  débil, con miedo y desesperación, lo cual solo hizo que Jim sonriera más.

Él se incorporó, Erika observo como sacaba un pequeño paquete de cerillos de su bolsillo y encendía uno, para después arrojarlo a unas ramas formando una fogata. La media luz que producía el fuego iluminaba solo una parte del rostro de Jim, dándole un aspecto más peligroso.

Jim se sentó junto al fuego y estiro las manos para calentarlas un poco. Luego miro a Erika, que seguía inmóvil en el charco de lodo, viéndolo con recelo.

-          Ven aquí. – señalo a su lado. Erika no se movió. – Dije que vinieras. – su tono se tornó más severo, más amenazador, pero Erika seguía sin moverse.

Perdiendo por completo la paciencia, Jim se levantó de un salto, tomo a Erika del brazo y la arrastro junto al fuego sentándola junto a él. Ella retrocedió con mucha precaución, guardando la distancia que los separaba. Jim la había cubierto toda de lodo y este comenzaba a secarse, produciéndole una sensación de parálisis en la cara.

Varias ideas cruzaban por su mente. Podría arrojarle algo para ganar tiempo y salir corriendo, pero sonaba ridículamente arriesgado. Mientras ella pensaba, Jim parecía absorto en su propio mundo, ajeno a todo lo que lo rodeaba, incluyendo a Erika, lo cual podía darle ventaja si sabía cómo aprovecharla.

Jim volteo, y la exploro con la mirada, parecía fascinado y aburrido a la vez, desbordaba inestabilidad mental lo cual era preocupante. Después de un rato, una media sonrisa se mostró en su rostro.

-          La falta de luz te sienta muy bien.

No sabía si tomar eso como un insulto o como un cumplido, sin embargo lo que la tenía preocupada no era lo que dijera Jim sino lo que hiciera. Le dolía todo el cuerpo a causa del frio y los golpes que había recibido, no estaba en su mejor condición para poder huir, pero tampoco podía quedarse ahí sin hacer nada, a merced de Jim.

-          ¿Qué es lo que quieres?... – apenas y pudo reconocer su propia voz, un débil hilillo, un sollozo apenas audible.

Como respuesta, Jim le devolvió una mirada con ceño fruncido seguida de una carcajada, lo cual hizo que a Erika se le erizaran los bellos de la nuca.

12 CHICOS LOBOS ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora