Capítulo 35 - 12 CHICOS LOBOS

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Capítulo 35

Había pasado ya una semana desde su charla con Demián. Como era de esperarse, el chico había cumplido su promesa. Todos los días, Demián recorría los diferentes barrios de extranjeros de la ciudad, buscando a la familia Klausen Müller. Hasta ahora no habían tenido suerte.

Los preparativos para su regreso a la ciudad la mantenían ocupada, por lo que casi no tenía tiempo para pensar en ello.

Durante toda la semana, Simón la había evitado, lo cual la lastimaba profundamente. No quería irse y dejar las cosas así con su mejor amigo, pero el chico se negaba a estar a solas con ella.

En lo que concernía al resto de los chicos, la relación no había cambiado mucho. Era cierto que Chris no era tan bromista últimamente, o que Lucas se comportaba más serio que de costumbre, pero por lo menos no la ignoraban. 

Por más que todos intentaran no hablar de ello, sabían que el tiempo se había agotado. Habían acordado que Erika debía volver a la ciudad ese mismo día, por el bien de todos.

En la madriguera, se sentía un ambiente distinto. Todos realizaban sus tareas ordinarias sumidas en un extraño silencio, algo completamente nuevo tratándose de una madriguera pequeña habitada por doce hombres jóvenes.

Erika intentaba perderse en sus propias actividades para soportar aquello, pero le dolía el hecho de estar matando tiempo. Tiempo que podría estar usando para convivir por última vez con todos esos chicos a los que tanto quería, y que tal vez no volvería a ver.

Respiró profundo, y se dispuso a disfrutar su último día con los doce chicos lobos a los que había pasado de odiar y temer, a querer y admirar.

Dio algunas vueltas frente al espejo de cuerpo completo de la habitación de Chris. El vestido blanco que le había regalado Micaél le quedaba perfectamente, y no era tan transparente como ella pensó que sería. Decidió que era un atuendo apropiado para aquel día. 

-          Te ves muy bien. – dijo una voz a sus espaldas que la sobresaltó.

Erika giró para encontrarse con Micaél recargado en el pórtico, observándola en silencio.

-          Gracias. – le sonrió.

Ambos se sostuvieron la mirada por unos segundos más en completo silencio, entonces Micaél lo rompió con un largo y profundo suspiro mientras avanzaba hacia a ella.

-          Fui a la casa de Nick.

Aquella corta frase tomó a Erika por sorpresa. Por la mirada del chico, supo que estaba por decirle algo serio, así que decidió sentarse en una de las sillas junto al espejo, observando a Micaél con el ceño fruncido. Él tomó asiento en la silla conjunta.

-          Sentí que era lo correcto pedir una pequeña disculpa por lo que pasó entre Nick y Simón. Admitámoslo, Simón perdió la cabeza ese día.

-          ¿Cómo lo..? – susurró sorprendida.

-          Por favor, Baby Doll, - rodó los ojos, interrumpiéndola en media oración – ¿Simón cayendo colina abajo contigo en la espalda? ¿Qué tan estúpido crees que soy?

Erika calló, sintiéndose incomoda de que él supiera lo que realmente había pasado. Aquel era un suceso que ella deseaba borrar de su memoria, y mientras más personas lo supieran, se volvería algo imposible.

-          No fue difícil sacarle la verdad a Simón, después de todo, el chico está destrozado, – Erika sintió como se le retorció el estómago al escuchar aquello – lo cual lo vuelve completamente vulnerable.

12 CHICOS LOBOS ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora