Capitulo 29 - 12 CHICOS LOBOS

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Capitulo 29

Permaneció inmóvil en el suelo, de rodillas aferrada a Simón. El pánico la invadía sin saber qué hacer. "¿Esta muerto?" pensó, víctima del horror, recorriendo cada centímetro de su cuerpo en busca de algo que le dijera lo contrario.

De pronto, sintió movimiento en su pecho, y observó pasmada como éste subía y bajaba débilmente. Era la respiración del chico, estaba vivo. Una gota de sudor frío le cayó por la frente mientras sentía alivio en el interior.

- ¿Viniste a jugar de nuevo conmigo? – dijo la voz interrumpiendo sus pensamientos.

Erika conocía esa voz, la conocía de memoria, estaba siempre en sus peores pesadillas. Respiró y sostuvo el aire, se armó de valor, y se dio la vuelta lentamente, para encontrarse cara a cara con Jim.

- No tienes idea de lo bonita que te vez cuando lloras. – le sonrió, ladeando la cabeza.

Sorbió por la nariz, no recordaba en que momento había comenzado a llorar. Lo miró perpleja. Jim tenía un aspecto terrible. Daba la impresión que acababa de ducharse, ya que aún tenía el cabello mojado, que le caía sobre la frente. Sin embargo, tenía unas ojeras enormes, y estaba demasiado delgado, sin mencionar que con la luz de la luna, su palidez era preocupante.

- No me mires así, sabes que no voy a hacerte nada... - comenzó a acercarse lenta y despreocupadamente hacia ella.

Jim llegó hasta donde se encontraba Erika, aún en cuclillas protegiendo a Simón, y se arrodilló frente a ella, mirándola a los ojos. Lucía débil y cansado, pero peligroso.

- No me lo tomes a mal, no quiero sonar descortés pero, ¿qué haces aquí? – ladeó la cabeza de nuevo, sonriendo.

El miedo que sentía en ese momento le impedía hablar. Tragó saliva y respiró hondo, buscando en su cabeza cualquier cosa a la cual aferrarse.

- Yo... Nick... - susurró entrecortadamente.

- ¿Nicky? – su sonrisa se amplió al escuchar un nombre tan familiar - ¿Qué tiene Nicky, bebé?

- Él... vino aquí.

- Nicky vino aquí, así es. – asintió – De hecho, el viene con bastante regularidad.

Erika frunció instintivamente el entrecejo. ¿Qué significaba aquello? ¿Acaso Nick sabía de la existencia de Jim en su cabaña? Las preguntas comenzaron a abultarse en su mente, y ninguna parecía tener una respuesta que ella deseara conocer.

- Pero...

- ¿Acaso Nicky no puede visitar a su hermano mayor? – rio sarcásticamente mientras arqueaba una ceja.

- Pero tú... todos te buscan, nadie sabe dónde estás...

Le frustraba saber que sus propias palabras no tenían sentido. No quería estar teniendo una conversación con Jim en una cabaña desolada a mitad de la noche, quería irse de ahí, pronto. Pero con Simón inconsciente, sabía que no podía hacer mucho más que dejarse caer presa del miedo, esperando a que el inestable chico no la lastimara tanto como la última vez.

Un escalofrío le recorrió la columna vertebral cuando Jim soltó una carcajada. El chico bajó la mirada y observándola fascinado, le paso suavemente el pulgar desde la sien hasta la barbilla, luego posó el pulgar sobre sus labios.

- ¿Estas segura que nadie sabe dónde estoy? – ladeó de nuevo la cabeza con ese gesto tan suyo.

Erika sintió que se embriagaba con esos ojos tan profundos, parecían delirar sin ninguna dificultad. Era cómo ver una injusticia, sabía que estaba mal, el chico estaba sufriendo, pero no podía apartar la mirada.

12 CHICOS LOBOS ©Where stories live. Discover now