12 CHICOS LOBOS - Capitulo 3

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Capitulo 3

Ya había pasado una semana desde que Erika había tenido esa charla tan extraña con Micaél. Durante esa semana, había intentado escapar 2 veces más, y había fallado. La primera vez la encontró Arón. La segunda Lucas. A pesar de que no lograba llegar muy lejos, no estaba dispuesta a rendirse. Seguía sin hablarle a los chicos, su conversación con Micaél había sido el debut y despedida de su voz.

Durante la semana que había compartido techo con los 12 había aprendido bastante sombre ellos y su forma de vida.

Efectivamente Chris era el líder. Era alto, tenía el cabello de un rubio como dorado obscuro, se lo peinaba como Elvis Presley, pero su copete no era tan grande. Solía tener el seño fruncido la mayoría de las veces, era arrogante y ego centrista. Pero siempre cuidaba de los demás como si fueran sus hermanitos.

Arón era el segundo al mando. Él no era tan mandón como Chris, era más flexible. Era guapo, Erika desconocía el color de su cabello, incluso desconocía si tenía  cabello porque siempre usaba gorros de lana que le cubrían toda la cabeza. Era amable, y a diferencia de Chris que llamaba a todos “bola de animales”, cuando él los llamaba les decía “niños”.

Baco era el payaso del grupo. Se la pasaba burlándose de los demás, los arremedaba y les ponía apodos. Pero no era así con Erika, cuando le tocaba cuidarla se comportaba más maduro. Tenía el cabello negro y ondulado que le caía sobre la frente, ojos azules. Y una sonrisa hermosa.

Parker era serio y misterioso, también era el encargado de poner orden. Cuando todos estaban haciendo mucho desastre era él quien los tranquilizaba. Tenía una guitarra acústica, cuando la tocaba todos se callaban para escuchar, era como magia. Tenía el cabello castaño claro y liso, era uno de los más altos, y sus ojos eran cafés.

Lucas era de los más guapos, era tranquilo y masculino, tenía una voz muy suave, y siempre trataba a Erika con mucha amabilidad y cuidado, como si creyera que si le gritaba, ella se rompería como porcelana. Tenía el cabello castaño obscuro y liso, las puntas le caían leve mente sobre la frente y él se las peinaba hacia un lado, y sus ojos eran café claro.

Kaiser era un pervertido. Si en un principio no mostró ningún interés en Erika había sido puro teatro. Cada vez que ella se dormía, él la acomodaba de cierta manera para que quedara abrazada a él. Cuando Kaiser la cuidaba, se acostaba en sus piernas, si Erika lo quitaba el se volvía a acostar, era muy persistente. Él chico tenia la piel bronceada, y aunque Erika odiara admitirlo, tenía un cuerpo increíble, su cabello era café casi negro, y siempre lo traía despeinado, lo cual lo hacía parecer aun más salvaje, y sus ojos eran negros.

Demián era el cocinero. Él hacia la comida para todos, y la verdad lo hacía muy bien. Cuando cocinaba, solía cantar en silencio, lo cual hacia que Erika recordara la noche que la encontró. Era reservado, pero siempre intentaba que Erika se sintiera cómoda. Tenía el cabello negro y ondulado, el cual peinaba hacía un lado, sus ojos eran enormes e intensos de color negro. A pesar de ser uno de los más maduros, tenía cara de niño.

Simón era el más pequeño, y se notaba, era muy inquieto. Cuando le tocaba cuidar a Erika parecía que Erika lo cuidaba a él. “Baby Doll, sube a mi espalda, vamos a trepar ese árbol” “Baby Doll juguemos a las atrapadas” “Baby Doll lanza una vara para que yo la traiga” “Baby Doll, ven aquí quiero cargarte”. Cuando Erika se negaba a hacer algo que él le pidiera, hacia pucheros, su cara era tan parecida a la de un niñito que Erika terminaba cediendo, sin embargo el era mayor que ella. Tenía una carita tersa, sin rastro alguno de vello facial, unos ojos azul celeste, y su cabello era tan rubio que al sol se veía amarillo.

Sheen era muy divertido, cuando Erika estaba con él no se aburría porque siempre había algo interesante que hacer. Le encantaba jugar bromas a los demás, pero nadie se las devolvía, porque él era muy vengativo. Tenía el cabello castaño claro, el cual le caía sobre los ojos que eran café obscuro. Tenía una risa encantadora y contagiosa. Siempre que tenía que irse a algún lado le daba un beso en la mejilla a Erika. Ella aun no se acostumbraba del todo y se sonrojaba.

12 CHICOS LOBOS ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora