Capitulo 32 - 12 CHICOS LOBOS

47.9K 4.1K 1.4K
                                    

Capitulo 32

El corazón se le estrujaba un poco más con cada segundo que la madriguera permanecía en silencio. La mayoría de los chicos ni siquiera la miraban, concentrándose en cualquier otra cosa que no fueran sus ojos llorosos. Las únicas miradas que seguían fijas en ella, eran las de Chris, Micaél, y por supuesto Simón.

- No dirán... ¿nada? – habló por fin, con voz entrecortada.

No sabía que era lo que la lastimaba más, que los chicos se negaran a morderla, conscientes del hecho que ella no tenía nada ni a nadie más en el mundo, o que estuvieran dispuestos a renunciar a ella tan fácil.

Chris, quien la había estado observando sin pestañear desde el momento que ella había pedido que la devolvieran a la ciudad, se acercó a grandes zancadas hasta donde Erika se encontraba. Retrocedió un poco por instinto pero él la tomó por la parte posterior de la cabeza y la estrechó fuertemente contra sí mismo.

Podía sentir como el corazón del chico latía aceleradamente, mientras éste se esforzaba por mantener la calma.

- ¿Por qué nos haces esto?...

Fue lo único que Chris susurró contra su cabello.

***

Durante el resto del día los chicos apenas y le dirigieron la palabra. Parecía como si la estuvieran evitando a propósito, alejándose de ella lo más que podían.

Permaneció en la habitación de los cojines, releyendo una y otra vez el libro que Lucas le había traído de la ciudad hacía mucho tiempo, donde la protagonista envejecía, y su amante no. Se sentía torpe y masoquista, pero no sabía de qué otra forma era posible descargar su frustración. No tenía a nadie con quien hablar, ya que hasta Simón se negaba a estar con ella.

Estaba por comenzar uno de los viejos rompecabezas de Simón, cuando Micaél entró en la habitación y se sentó frente a ella en silencio. Lo miró con curiosidad cuando éste tomó algunas piezas y las juntó para armar una esquina.

- Tenemos que hablar. – dijo sin mirarla.

- Hablemos entonces.

Ambos siguieron con el rompecabezas sin mirarse, como si todo fuera parte de una vieja rutina. Erika tragó saliva, sabía perfectamente de lo que Micaél quería hablar.

- Cuando... te trajimos con nosotros, la intención inicial si era morderte. – Micaél hablaba con cautela, escogiendo con cuidado sus palabras – Pero eso cambió.

- ¿Por qué?

- Porque hemos llegado a conocerte, y tu... mereces vivir.

- No les estoy pidiendo que me maten, les estoy pidiendo que me muerdan. – frunció el entrecejo con frustración.

- Es prácticamente lo mismo.

- ¿Cómo puede ser lo mismo? ¡Ustedes fueron mordidos y están vivos!

- Baby Doll... esto no es vivir... - sonrió con repulsión.

- No entiendo...

- Jamás te lo hemos dicho, pero realmente nunca nos da hambre, comemos por ansiedad, pero no nos mataría dejar de comer, ni siquiera notaríamos la diferencia. No envejecemos, por lo tanto no podemos vivir en una sociedad normal sin tener que fingir nuestra propia muerte, mudarnos y cambiar nuestra identidad cada tanto tiempo, para que nadie se dé cuenta. No podemos tener amigos que no sean como nosotros, no podemos casarnos, no podemos tener hijos... no podemos amar nada ni a nadie, porque no son permanentes, y nosotros sí.

12 CHICOS LOBOS ©Where stories live. Discover now