12 CHICOS LOBOS ©

12 CHICOS LOBOS - Capitulo 5

Capitulo 5

El primer beso de Erika se lo había dado Jeremy, y solo le dio uno. Después de él, no había vuelto a besar a nadie más. Conoció a Jeremy en una cafetería, mientras hacían fila. Él la acompaño al orfanato de regreso, y desde entonces siempre iba por ella para llevarla a lugares. Él siempre insistía en que debían demostrarse su amor de forma adulta, pero a ella perder su virginidad le daba miedo, no se sentía lista. El día que por fin había decidido hacerlo, descubrió que Jeremy la engañaba. Cada vez que Jeremy la llamaba, la buscaba, o la tocaba, Erika sentía mariposas en el estomago.

Pero estando ahí, tirada en un lecho de hierba, con Simón arriba de ella, a diez centímetros de su cara, mirándola fija mente a los ojos le producía descargas eléctricas. Algo que nunca antes había sentido, por nada ni nadie.

Seguían sin producir ningún sonido, en eso Simón cerró los ojos y comenzó a acercar su boca a ella. Erika también cerró los ojos. Sintió que le daba un beso en la nariz y abrió los ojos. Simón la miraba sonriendo.

-          Perdón por caerte encima Baby Doll. – se levanto y la ayudo a levantarse. Ella no respondió, pero sonrió para darle a entender que no había problema. – Tengo hambre, vallamos a desayunar.

Tomo a Erika de la mano y juntos fueron a la madriguera. Abajo los chicos ya se hallaban sentados alrededor de la mesa y el desayuno estaba servido. Baco miro a Simón con severidad.

-          ¿Dónde han estado? – dijo dirigiéndose a Simón.

-          Estábamos jugando a las atrapadas.

-          Simón, entiende, ella no es como nosotros, ella no puede correr con el estomago vacio, puede desmayarse.

-          Perdón. – Simón se miro los zapatos.

-          Ven Baby Doll. – Baco tomo a Erika de la muñeca y la hizo sentarse a lado de él. Con el tenedor tomo unos trozos de frutas y lo puso frente a la boca de Erika. – Di ahhhh….  – movió un poco el tenedor frente a la boca de Erika para que ella la abriera, ella lo hizo y Baco metió la fruta en su boca sin lastimarla. Se sintió ridícula. – Eres una niña buena. – dijo complacido.

Baco intento volver a darle de comer, pero esta vez Erika le quito el tenedor y comió por sí misma. Estaba bien querer complacer a los chicos de vez en cuando, pero algunas cosas eran demasiado para ella.

Después de desayunar, se sentó en el suelo para esperar al chico que la cuidaría ahora. Kaiser. Él se acerco, tenía una caja grande en las manos, pero no alcanzaba a ver que decía la tapa.  Con una sonrisa atrevida, tomo a Erika de la muñeca y la hizo levantarse, luego sin decirle nada la arrastro prácticamente por el agujero. Una vez afuera la miro, tenía una chispa traviesa en los ojos.

-          Vamos Baby Doll, hay algo que quiero hacer contigo.

Jalo de ella para que avanzara, como Erika se negó, con un movimiento rápido se la subió a la espalda y comenzó a correr. Ella tuvo que sujetarse un poco para no caerse. La llevo al lugar donde la había encontrado, la pequeña colina con el lago abajo. La dejo en el suelo y se sentó frente a ella, con la caja en medio de ambos.

-          Siempre vengo aquí cuando quiero estar solo. – le dijo mirando el enorme lago. – Y ya que tú has descubierto mi escondite, supongo que no tengo opción más que compartirlo. Ahora este es nuestro lugar secreto.

No sabía realmente a donde quería llegar con todo eso, pero a ella le importaba más el contenido de la caja, así que la señalo con su dedo.

-          Ya que estas tan interesada en saber, ábrela tú.