XXIII

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Lauren se removió en la cama de Stefan haciendo que el chico se diese un pequeño golpe contra el cajón sobre el que estaba reposando su cabeza en una posición de la que probablemente se arrepentiría nada más ser consciente. Consciencia que llegó en cuanto el dolor hizo que su cerebro reaccionara y el joven levantase su cabeza rápidamente para ver que ocurría.

La veterinaria se llevó una mano a la cabeza y Stefan una a la boca para bostezar. El gruñido de la de ojos verdes le indicó al chico que efectivamente ella también estaba despertando.

 — ¿Te encuentras mejor? — Preguntó el chico levantándose de su sitio para estirar su espalda reventada debido a una noche un poco extraña. Ni siquiera se había terminado el café. No le había dado tiempo dado que se quedó dormido poco después de relajarse al ver a Lauren respirar tranquilamente.

  — ¿St-Stefan? —

— Es una larga historia, Lauren. — Bromeó el chico abriendo la puerta de su cuarto para cerrarla segundos después al reconocer los ronquidos de Megan que provenían del salón donde seguramente se habría quedado dormida nada más llegar a casa, sin embargo se escuchaba algo de ruido en la cocina.

Stefan salió de su cuarto dejando a Lauren desperezarse. Lauren lució confundida. Estaba vestida exactamente con la misma ropa que usó el día anterior,  tenía un dolor de cabeza inmenso y al tocarse la cabeza vio que había un pequeño golpe que antes no estaba. (Y con golpe me refiero a un chichón por supuesto.)

En cuanto la chica se incorporó pudo observar que la cabeza no era lo único que le dolía. Apoyó su espalda en la pared y esperó a que llegase Stefan para responder todas y cada una de las dudas que se le venían a la cabeza, el cual apareció segundos después con dos cafés calientes, uno en cada mano.

  — Toma, te sentará bien. — Pronunció el chico ofreciéndole a Lauren la taza, la cual cogió con ambas manos. Stefan dejó su café sobre su mesa y abrió la persiana de la habitación para que la luz entrase a su cuarto de estudiante revelando así muchos posters de grupos indies que solo Lauren sería capaz de reconocer. Un estudio de música impresionante para ser un cuarto más bien pequeño... Stefan sabía organizarse bien el espacio.

— The 1975... Camila me iba a invitar a un concierto antes de irme con.. Con Phill... — Susurró la más mayor de ambos encogiéndose de hombros.

— ¿No te acuerdas de nada? — Preguntó Stefan dando un sorbo a su café matutino tratando así de analizar la mente de Lauren, pues aquello no se podría quedar así.

— ¿De qué me tendría que acordar?— 

La puerta se abrió y un Joe vestido con smoking apareció por la puerta acercándose a Stefan el cual sonrió de una manera un poco... siniestra.

  — Cariño, me tengo que ir a una entrevista de trabajo. Nos vemos luego. Quédate con Lauren y averigua qué hacer con lo de ayer... Necesitáis un abogado, te he dejado el teléfono de uno de mis compañeros en la mesa. — Y de pronto ambos se besaron antes de que Joe desapareciese y Stefan la mirase de nuevo.

Lauren tenía cara de susto pues eso no se lo esperaba.

— ¿Pareja? — Preguntó Lauren con una sonrisa bastante divertida.

— Rollo. Aunque supongo que acabaremos siendo pareja dentro de poco. —

— Vaya... Parece ser que a Megan solo le gusta hacer amigos gays. — Murmuró Lauren antes de dar un trago a su café y que un ronquido más alto que los demás se escapase de los labios de Megan llegándose a escuchar desde la habitación lo cual provocó la risa de ambos.

 — Eso le evitará problemas con las relaciones, lo veo factible. — Bromeó Stefan. Lauren volvió a analizar las palabras de Joe y volvió a preguntar algo confundida.

Save. [Camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora