Rutina

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Estaba en el salón de clases. Todos en el instituto me miraban con asco, incluso los profesores. Me señalaban y las carcajadas retumbaban en mis oídos. Mi madre estaba ahí, con todos sus insultos y su vergüenza de tener una hija gorda. Mis hermanas con sus miradas de lástima. Todos me atacaba, las burlas aumentaban a cada segundo.
Desperté. Las 4:09 am, me levanté de la cama y fui al baño, lave mi cara y me mire al espejo. Lo mismo de siempre, la misma chica obesa de todos los días. Mire mis brazos, mis piernas y mi estomago, tenian marcas. Suspire, seguía siendo yo. Otro día más, 24 horas de insultos. Pero también significaba un día menos y eso era lo que quería acabar con los días, quería morir.

Evite tomar el desayuno con mi familia, no soportaría los reclamos de mi madre. Salí a toda prisa al instituto, si era la primera en entrar no me encontraría a nadie que me mirara mal.
Esa era mi rutina, intentar evitar a todos, ser invisible. Aunque era difícil pasar desapercibida con un cuerpo tan voluminoso. Y siempre alguien se daba cuenta de mi existencia, todos sabían sobre la "señorita obesa".

1, 3, 7, 9 bolas de papel que lanzaron hacia mi. Todas tenían insultos, no me sorprendió, siempre hacían eso. Guarde mis cosas y tire los papeles. Era el almuerzo, ya no almorzaba en el patio trasero, demasiadas personas, demasiadas humillaciones. Tampoco podía quedarme dentro del aula, no me lo permiten. Mucho menos en el gimnasio, todos lo que van a entrenar se burlan. No me quedaba de otra mas que ir a la cafetería, siempre permanecía llena durante unos cuantos minutos y después, solo unas cuantas personas que se sienta a tomar su almuerzo. La ultima mesa del fondo, unas cuantas miradas, demasiados susurros y una que otra carcajada, se escuchan detrás de mi. Realmente no comía nada, solo me sentaba a esperar el timbre, no necesitaba más habladurías de la gente, porque todo lo que hace la gorda del instituto esta mal.

Una clase más a la que no asistía, Anna me había hecho tropezar y arrojó mis cuadernos al cesto de basura. Una lágrima recorrió mi rostro mientras miraba mis cuadernos destrozados. ¿Acaso merecía todo aquello?, "ese es el precio a pagar por ser tan gorda" decía mi madre y tal vez tenía razón. Salí corriendo del instituto, quería perderme, desaparecer, nunca más volver, quería dejar de sufrir, pero lamentablemente no podía escapar de mi realidad y tampoco podía dejar de ser yo. "Por ser gorda tienes que afrontar las consecuencias" mis pies comenzaron a temblar, "no puedes ser bonita con ese estómago" la vista se me nubló, "nunca nadie querría a una gorda" mi respiración fue más agitada, "no quisiera tener un peso como el tuyo" me detuve. Me odiaba, no quería ser yo, quería ser delgada y bonita como todas las chicas en el instituto, quería poder dejar de recibir tanto odio, deseaba poder quererme y no avergonzarme de mi cuerpo, quería dejar de dudar sobre mi y aceptarme, pero me toco ser gorda, aguantar humillaciones, soportar insultos, me toco ser una cerda que no tiene nada bueno. Limpie mi rostro, me sentía estúpida, era tan débil y estúpida, me derrumbó de inmediato, por más que intente ser fuerte siempre termino de la misma manera. Camine sin ánimos, o mejor dicho, arrastraba mis pies con cansancio, cansada de la vida.
Y como era de esperarse, transcurrió un día más en donde todos, incluyéndome, me recordaron lo mierda que es ser una gorda.

"Ni siquiera eres lo suficiente valiente como para suicidarte" pensé mientras la sangre corría por mi brazo hasta tocar el piso. "Ojala tuviera el valor de hacerlo" pensé nuevamente al recordar que al día siguente me esperaba exactamente lo mismo que los días anteriores. Me ardían los ojos, "no sabes nada mas que llorar", un corte más "das lástima", encaje aún más el filo de la navaja contra mi piel, "vamos hazlo de una buena vez", lanze la navaja y me levanté aún con el brazo sangrando. No lo haría, no me suicidaria, soy demasiado cobarde para aquello. Espere a que mi brazo dejará de sangrar un poco y me coloque la pijama, un día menos. Intente darme ánimos intentando hacerme creer que mañana sería un día diferente, pero sabía muy bien que eso no sería así, solo ocurriría lo que ocurre todos los días de mi vida. Y no puedo esperar mas de la vida de una "señorita obesa".

Miss obeseWhere stories live. Discover now