Bonita

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Me aferré a hombros del castaño, amaba todo esto. Estar con Ed y que me mirara como se mira a cualquier otra chica, como se mira a una chica bonita.

Llevaba dos meses yendo todos los sábados a casa de mis nuevos amigos. Vemos películas y luego su madre me invita a comer o a cenar con ellos.

Por primera vez me siento como si fuera parte de una familia, no recuerdo haber sido sido tan feliz en toda mi vida.

-¿Qué tal el instituto?- pregunto Ed una vez que nos separamos

-Bah, como siempre.- Ashly movió el brazo de una manera algo rara

Yo me quedé paralizada, jamás me imaginé que hablaríamos de eso, no sabia que decir.

También, ya van dos meses desde que abandoné la escuela, mis padres no lo saben, se que si llegarán a enterarse estarían decepcionados de mí.

Se que me mi madre me mirara con odio y me diría "Las gordas sólo causan problemas", porque eso es lo que ella ve en mí, un problema. Sin embargo mi padre, él me miraría con tranquilidad, y me daría su apoyo ante mi decisión, o al menos eso sería lo que aparenta.

Preferí, evitar el daño que me producirían esas actitudes de odio y lástima. Sabía que estaba mal y perdería el año, pero no podía volver a ese lugar. Simplemente me era imposible.

-Hey, Eli.- el chico movió sus manos frente a mi rostro sacándome de mi trance

-Ah, bien, lo de... siempre.- tuve que forzar una sonrisa, eso era lo bueno de todo el daño que me hacían, sabía fingir a la perfección

-¿Y tú?- hablo en tono burlón Ashly y Ed esbozo una hermosa sonrisa

Ed era tres años mayor que nosotras, estaba terminando la preparatoria.

-Bastante bien, no me puedo quejar.- se encogió de hombros

Eran aproximadamente las 8:47 pm, Ed había propuesto poner una película y nosotras aceptamos de inmediato. Solo éramos los tres y era divertido.

Pasaron los minutos, ésta era la tercera película que poníamos. Ashly se había quedado dormida en el sofá.

Ed comía palomitas sin despegar su mirada de la pantalla, tenia el cabello despeinado, se veía malditamente guapo. Sonreí sin dejar de mirarlo.

Al parecer no había notado que lo miraba, repase cada parte de su rostro, guardado la imagen en mi mente.

-Eres tan guapo.- pensé sin dejar de mirarle

El castaño fijó su mirada en mi. Una sonrisa se escapó de su rostro dejando ver sus perfectos dientes blancos.

-¿En serio?- dijo Ed mirándome a los ojos, mis mejillas tomaron un color rojizo y baje la mirada, lo había pensado en voz alta

-Yo... bueno...si- susurre apenas pudo escucharlo

Ed esbozó una enorme sonrisa y pasó su brazo por mis hombros.

No dijo nada y en parte me sentí aliviada de no tener que del tema. Aunque también deseaba que él dijera algo.

Fijé mi mirada en la película tratando de no mirarlo, me sentía avergonzada. ¿Cómo podía el sentarse ahí y verse tan calmado? Cómo si nada hubiera pasado.

Después de un par de minutos, me quede dormida recargada en el brazo de Ed.
Un pequeño movimiento me hizo exaltar, desperté de golpe y me levanté. Un dolor en mi frente me invadió, acabava de golpear mi frente con la de Ashly.

-Eso dolió.- Ashly se llevó su mano a la frente y de un momento a otro comenzó a reír, la mire extrañada

Pero su risa era bastante contagiosa, en unos segundos yo también me encontraba riendo y no sabía porque.

Me levanté nuevamente y fui hasta la ventana, estaba oscuro, a excepción de las lámparas que alumbraban la calle.

-¿Sabes que hora es?- pregunté mirando a Ashly

-Son las...- miró su pequeño reloj de mano- 11:49 pm.- me sonrió tranquilamente y yo la miré con los ojos como platos

-Van a matarme en casa.- dije tomando mis cosas y despidiendome de ella

Aún cuando mi madre me odiaba, era bastante estricta en cuanto al horario de llegar a casa y yo llevaba una hora tarde.

-¿Te irás sola?- dijo una voz que ya tenía completamente memorizada, Ed

-Sí, hasta luego Ed.- susurre y le di un beso en la mejilla

-Yo te llevo.- se ofreció amablemente

-Gracias pero prefiero caminar.- fui hasta la puerta, eta cierto, a ver si así logró bajar de peso, aun sin comer no bajo ni un maldito kilo

-Vayan caminando.- lo apoyó Ashly y la mire un poco mal

-Vale, pero hay que irnos ya.- abrí la puerta y Ed corrió hasta llegar a mi lado

Ambos caminamos directo a mi casa, hacía un poco de frío y el aire golpeaba contra mi rostro. Ed me abrazó y se lo agradecí mucho, me moría de frío y mi suéter era de una tela delgada.

Así paso todo el transcurso del camino, nadie dijo una sola palabra, solo caminábamos pero para mí eso era perfecto.

Finalmente llegamos a la puerta de mi casa, las luces estaban encendidas y se escuchaban algunas voces. Ed se colocó frente a mí y sonrió de lado.

-Gracias por acompañarme.- dije con nerviosismo y tristeza no quería que se marchara

-No es nada.- sonrió un poco mas y metió sus manos a los bolsillos de sus jeans

-Lo es para mí.- susurre y me di vuelta para entrar

Estaba a punto de abrir la puerta cuando una mano de Ed me sujetó, me giré para mirarlo a la cara. Sus ojos estaban atentos a todos mis movimientos.

-Elizabeth, sobre lo de hace un rato, cuando dijiste que te parezco guapo....- Ed me miró a los ojos y yo no sabía que hacer

-No es necesario hablar de eso.- mis mejillas estaban rojas y mi cuerpo se estremecía

-Sólo quería decirte que, gracias Elizabeth, y bueno, que tú... me pareces una chica muy bonita.- susurro Ed

-Yo... gracias.- dije lo más sincera, nunca nadie me había hecho sentir tan bien

-Te quiero Elizabeth.- Ed susurro nuevamente, y sentí que mi corazón se aceleraba, esas tres palabras me habían hecho sentir espectacular.

Estaba sólo a unos cuantos centímetros de mí, podía sentir su respiración con la mía, quería besarlo, quería decirle que yo también lo quería, pero no dije nada. Sólo me fui, me fui como toda una cobarde dejándolo solo.

Miss obeseWhere stories live. Discover now