Las chicas como yo

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Me sentía patética, completamente patética, ¿en serio había llegado a creer que alguien como Ed me iba a preferir a mí, a una insípida gorda aburrida?, ¿en serio me había hecho ilusiones sabiendo que a esa clase de chicos le llueven miles de chicas que se ven tan malditamente atractivas? La respuesta, lamentablemente era si. Si me creí capaz de llegar a gustarle a Ed, pero la triste y cruda verdad era que en mí no había nada especial, ni siquiera tenía una personalidad lo suficientemente agradable para caerle bien a alguien. Simplemente era un desastre en todos los sentidos posibles.

Llevaba tres meses, tres estúpidos y dolorosos meses viendo a Ed junto a Anna, mirando su maldita cara de victoria. Esa misma cara que me decía "Entiende, tú nunca vas a tener al chico guapo", pura mierda. Y como era de costumbre, no dije nada en lo absoluto, me quede callada con millones de cosas pasando por mi mente. Quería matarlos a ambos, a Ed por haber roto mi corazón y a Anna por ser tan hija de puta. Pero en lugar de eso sonreí y me guarde mis ideas absurdas. En vez de afrontar las cosas y aceptar que mi chico, no era mío, huí como una cobarde y me refugié con la única persona que me había escuchado en toda mi vida, Ashly.

Desde que Ed tenía novia yo me pasaba la vida en la habitación de Ashly haciendo cualquier tontería junto a ella, cualquier cosa que me hiciera no pensar en que él tenía una estúpida novia.

-Entonces, ¿ese es tu magnífico plan?- una pequeña carcajada se escapó de mis labios.

-Si, es increíble-. Comenzó a reír levente, quizás porque sabía que era algo tonto.

-Robar el dinero para tus estudios universitarios, viajar y gastar hasta quedarte sin un solo centavo y terminar durmiendo en un callejón dentro de una caja es bastante tentador-. Me burle de la "idea" de sus planes futuros.

-¿Qué? Será bueno mientras dure, además tú vendrás conmigo-. Me miró sonriendo y yo asentí. Era algo tonto pero ella era mi mejor amiga, la única.

Se recostó sobre el suelo y miro fijamente el techo, yo permanecí sentada en la cama. Después de unos segundos le arrojé una almohada.

-¿Qué tanto piensas?- comenzó a reírse y me miró.

-En que si terminas casándote con mi hermano no querrás viajar y dormir en cajas conmigo- saco su lengua y apretó los ojos. Yo negué con la cabeza.

-No te preocupes, jamás me casaré con él-. Suspire.

-¿Por qué no?- volvió a mirar al techo.

-Por que no le gusto ni un poco, además el va a casarse con Anna o alguien como ella-. Estaba segura de lo que acababa de decir.

-Ya se que odias a mi hermano, pero tampoco merece que le desees eso.- me miró con el ceño fruncido y comenzamos a reír.

-No lo odio ni un poquito-. Susurré después de parar de reír.

Ella se puso de pie y me miró a los ojos, sus ojos eran claros al igual que los de Ed, una sonrisa se dibujó en su rostro y después se sentó a un lado mío. Estiró su mano un poco para tomar la mía, la apretó un poco, luego las entrelazó, no comprendí porque hizo eso, finalmente soltó mi mano y un gran suspiro de tristeza o quizás decepción, salió de su boca.

-En serio te gusta bastante, ¿no?- se mordió el labio inferior en espera de mi respuesta.

-Más de lo que debería-. Una mueca se formó en mi rostro.
Ashly se quedó en silencio, no hizo ningún movimiento, sólo miró hacia el frente, su respiración se volvió más lenta. Después de unos minutos ella cerró los ojos, los apretó con fuerza, me recordó a mí intentando detener mis pensamientos o alguna voz. Me vio nuevamente.

-Entonces, hagamos que tú le gustes mil veces más.- Me obsequió una sonrisa.

-¿Cómo vamos a hacer eso?- la cuestioné.

Ella me sonrió aún más. Me tomo del brazo y salimos de su casa. Horas después me encontraba con ropa nueva, con maquillaje sobre mi rostro y el cabello en orden. No me parecía en lo absoluto y tampoco me sentía yo. Nunca me gusto usar el tipo de ropa que utilizaba Ashly o mis hermanas o Anna, no porque fuera fea, más bien porque yo me veía tonta y daba pena.

-Ed no tarda en llegar, le dije que tenías una sorpresa para él-. Ashly me llevo hasta la sala, y casi tropiezo con los tacones.

-No creo que sea una buena idea, yo no soy... femenina-. En ese momento deseaba tanto llevar puestos aquellos pantalones y zapatos que tenía Ashly, se veían realmente cómodos.

-A todos los chicos les gustan esas cosas-. Me aseguró mi pequeña amiga.

La puerta se abrió y Ashly salió corriendo a su habitación dejándome sola. Trague saliva e intente mantener la calma. Ed apareció en la sala luego de unos segundos. Me miró y supe que había sido una mala idea.

-¿Qué fue lo que te paso?- me recorrió con la mirada un par de veces.

-Ashly dijo que me veía bonita-. Estaba realmente avergonzada.

"Por dios, tú con nada te vez bonita" mierda.

-Si, te vez bonita-. Me sonrió y eso me alivió un poco.

-¿En serio?- Sonreí.

-Si, pero, ¿por qué lo hiciste?- Mi sonrisa desapareció, no sabía si le había agradado.

-Bueno, quería hacerme un cambio-. Susurré.

-Te vez preciosa en serio no me mal entiendas, pero... ese no es tu estilo-. Relamio sus labios de manera nerviosa.

"Te vez ridícula."

-¿No es mi estilo?- Repetí.

-Me refiero a que no lo necesitas esto no va contigo, tú eres más, como decirlo, adorable-. Sonrió de lado, ¿adorable? No quiero ser adorable.

"Tú eres fea y gorda, con o sin eso."

-Ah, yo creí que te gustaría-. Baje nuevamente la mirada.

-Y me gusta, es sólo que quiero que sepas que como te vistes ya eres bonita, las niñas como tú se ven bonitas así-. Me acarició la mejilla. Yo sonreí levemente y asentí.

Las niñas como yo... Si las niñas como yo son bonitas... ¿Por qué él salía con una chica como Anna? No quería ser como yo, quería ser como Anna, porque a él le gustaban las chicas como ella.

Miss obeseWhere stories live. Discover now