Mierda

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Aparecemos en un denso bosque cubierto de nieve. Cuando se da cuenta de que estoy tirada a su lado y aferrada a su pantalón,
se aleja bruscamente de mí y patea mi rostro.
La nieve se tiñe de rojo y mi rostro arde por el impacto.

—Maldita humana —dice cabreado.

Toma mi cuello con su mano y no puedo respirar. Sus ojos derrochan furia. Parece reconsiderar algo y después me suelta.
Se da media vuelta y desaparece.
Me ha dejado aquí para que muera sola.

Miro a mí alrededor. Sólo hay pinos, nieve y más pinos.

Me levanto y una ráfaga de viento hace que me estremezca. Mi vieja sudadera empapada de sangre no contrarresta el extremo clima.

Reviso mis bolsillos. Sólo cuento con una navaja y un encendedor.
Me maldigo mentalmente por haber olvidado mi mochila en la casa de los Jones.
Los policías ya deben de saber que fui yo la culpable del asesinato de la familia Jones y de todos los demás. Pero a estas alturas eso ya no tiene relevancia.

Lo principal en este momento es sobrevivir.

Comienzo a caminar.
En los programas de supervivencia dicen que es importante mantenerte activo para que el calor corporal no baje demasiado.

Camino durante horas.
No hay señales de civilización. Estoy cansada, hambrienta y con mucho frío.

Esta anocheciendo y ni siquiera cuento con fuego o un refugio.

Comienzo a buscar algo de leña. Cuando junto una cantidad considerable saco el encendedor y con mis manos temblorosas enciendo una fogata improvisada.

***

Me levanto. La fogata se ha extinguido y mi cuerpo está sufriendo los estragos del frío.

Me levanto y comienzo a caminar lentamente.

Los pequeños rayos del sol que se filtran entre las hojas de los pinos son bien recibidos en mi fría y pálida piel.

Unos minutos después un cuadro blanco en un árbol llama mi atención. Voy hacia él. Es una hoja. La tomo y están escritos unos símbolos raros.

Lo guardo en mi bolsillo y sigo caminando, pero la sensación de que alguien me observa me tiene alterada.

—No debiste tomar esa hoja —dice una voz detrás de mí.

Volteo y me encuentro con un chico usando gogles y sosteniendo un hacha.

Mierda.

Mientras camina hacia mi saco discretamente mi navaja.
Cuando está lo suficientemente cerca me lanzo hacia él y clavo mi arma en su cuello. Un líquido espeso y negro sale a chorros.

Y sin pensarlo demasiado empiezo a correr como alma que lleva el diablo.

Corro esquivando ramas y troncos.
Mis pulmones arden y mis piernas ya no pueden más, pero no me detengo.
Ha empezado a nevar. Mi cuerpo dice a gritos que ya no puede más.

Y como si fuese obra del cielo a lo lejos, en un claro se encuentra una cabaña. (Cabaña en multimedia)

Miro a mis espaldas y veo unas siluetas entre los árbol acercarse.

Empiezo a correr con mis últimas energías en mi cuerpo.
Cuando logro llegar toco la puerta salvajemente y esta se abre cuando el chico al que apuñale y dos más se encuentran a unos metros de distancia de mí.
Cuando volteo para pedir auxilio a quien ha abierto la puerta mi corazón da un vuelco al encontrarme a un tipo enorme y sin rasgos faciales.

Quiero correr pero mis piernas no responden.
Y antes de que pueda darme cuenta estoy en el suelo y a segundos de perder la consciencia.

El Enemigo [Laughing Jack Y Tu] (Book 1)जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें