Este Es El Fin

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De pronto las puertas del armario abren de par en par. Una mano me toma por el cuello de la blusa y me avienta fuera del armario.
Mi cabeza golpea con la base de la cama y comienzo a sangrar.

La miro. Está parada frente a mí, con la cabeza en alto y una sonrisa sádica que sabe lo que se avecina.

Y no puedo evitar notarlo. La historia se repite. Se repite aquella noche en la que me refugié en el armario y Jack me lanzó fuera de éste.
La manera en la que me paralicé cuando lo vi por primera vez. La manera en la que el miedo se apoderó de mi organismo.

Una sombra negra envuelve su mano, esta tiembla y se mueve hasta que toma una forma en concreto y ésta se convierte en un afilado cuchillo. Jeff tenía razón, le gusta jugar sucio.

Mi cabeza da vueltas. Mi cuerpo no responde, está paralizado.
Mi visión se nubla y puntos negros acaparan mi vista hasta que todo termina en una profunda y completa oscuridad.

***


Abro los ojos. Una luz situada sobre mi me ciega la vista. Trato de moverme para cubrir mis ojos, pero algo me impide mover mis brazos.
Me percato que estoy en una estructura de madera. Bajo mi mirada y noto que mis manos y piernas tienen grilletes que mantienen prisionera y me impiden levantarme y escapar de la tortura que se avecina.

Sí. Estoy más que jodida.

De entre las sombras sale una Laughing Jill con una sonrisa sedienta de sangre.

—Estaba ansiosa porque despertarás, ____.

Mi cabeza duele. Trato de zafar mis manos de entre las ataduras pero me es imposible.

—Mientras dormías estuve pensando en todo lo que te haría. Incluso hice una lista mental, ¿sabes?

Cierro los ojos inundada del temor. Nada de lo que debe estar en esa lista debe ser agradable.

—Primero te quitaré uña por uña. Después le presentaré a tus piernas mi linda moto sierra. Sacaré tus intestinos lentamente y si te atreves a cerrar los ojos te cortaré los párpados.

Ella rebusca algo en una caja grande y negra donde supongo que deben de estar sus instrumentos de tortura.
Saca un pequeño martillo.
Una sonrisa perversa surca su rostro. Levanta el pequeño artefacto en el aire lo deja caer en mi mano.

Un grito ensordecedor sale de mi boca mientras me retuerzo del dolor.
Ella ríe y aplaude animadamente.

—Excelente. Simplemente excelente.

Toma unas pinzas y se coloca al otro lado de la cama. Coloca la punta de las pinzas entre mi uña y jala fuertemente arrancándola.
Ella suelta una sonora carcajada mientras yo muerdo mi lengua para. No seguir gritando.
Cierro los ojos fuertemente.
Escucho un ruido sordo y un profundo dolor en mi boca.

—Te dije que no cerrarás los ojos.

Miro su mano que sostiene el pequeño martillo con el que me ha golpeado en la boca y quebrado la dentadura.
Comienzo a ahogarme en mi propia sangre.
Con sus garras hace una profunda cortada en mi abdomen. Separa la piel e introduce una de sus manos. Toma mis intestinos y los aprieta entre su mano.

—Esto solo es el comienzo. Y si vuelves a cerrar los ojos lo haré más lento y doloroso.

La miro mientras tiemblo. Sé que habla en serio. Sé que lo cumplirá. Y sé que moriré aquí mismo.
Si. He aceptado mi cruel destino.

Este es el fin...

El Enemigo [Laughing Jack Y Tu] (Book 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora