El Enemigo [Laughing Jack Y Tu] (Book 1)

Enamorarlo

Luego de una gran pelea todo quedó como Slender lo dijo y nos fuimos a nuestras habitaciones asignadas.
Y resultó que Jeff fue el más beneficiado de todos pues no tuvo que prestar o compartir su habitación.

En primera porque intentó asesinar a su hermano Liu. Así que ambos no pueden estar en un mismo cuarto.
En segunda, no puede estar con Jane porque la quemó viva.
En tercera era un hijo de puta con Sally.
Y en cuarta, nadie tenía el valor de dormir a sabiendas de que Jeff se encuentra a unos centímetros tuyos y con un cuchillo a su disposición.

—Buenas noches tortolitos —se burló Ben cuando íbamos entrando a mi habitación.
—Jódete —contestamos Jack y yo al unísono.

Cerramos la puerta y yo me dejé caer en mi cama abrumada por tal situación.
¿Tortolitos? Ja y ja. Ni siquiera podemos dirigirnos la palabra sin iniciar una pelea.
Nunca podría haber entre nosotros algo más que puro odio.

¡Alto¡ ¡Joder¡ ¡Eso es! Esa es la puta venganza.
Enamorarlo. Jugar con sus sentimientos como lo hizo Derek conmigo cuando estábamos en segundo grado. Yo solo era una apuesta y cuando me enteré de ello no salí de mi cama durante una semana.

Miro a Jack quien se ha sentado en el sillón a un lado de la chimenea, parece cómodo muy al contrario de mí.

—¿Qué quieres? —pregunta cuando nota que lo estoy observando.
—Quiero disculparme —él levanta una ceja—. Ya sabes... Por decirte imbécil, estúpido, payaso nariz de pene y maldito espagueti.
—Nunca me has dicho espagueti.
—Entonces lamento haberlo pensado.

Él me mira por un segundo y roda los ojos.

—No soy estúpido, ¿lo sabías?
—Mira, si vamos a compartir habitación al menos deberíamos hacer una tregua ¿no?
—Como tú quieras.

Bueno al menos eso era un pequeño avance, o supongo yo que lo era.

—¿Quién es Sally? —pregunto después de unos minutos de un silencio verdaderamente incomodo.
—Lo sabrás cuando ella llegue.
—¿Sabes? Estoy intentando llevar una conversación normal y tú no estás ayudando en nada.
—¿Crees que soy un idiota? —sí, contesto internamente—. Ayer me querías matar y hoy quieres ser mi amiga.
—Ayer no tenía que compartir habitación contigo.
—No confío en ti —dijo cruzándose de brazos.

Pues bien al parecer este payaso no es tan estúpido como yo pensaba que era. Lo subestimé demasiado.

—Solo quiero hacer las paces. Además creo que es momento de dejar todo eso de los insultos atrás. Suficiente tengo con el idiota de Jeff.

Pasamos la noche hablando sobre lo estúpido y arrogante que es Jeff. Y resultó que congeniamos de maravilla en ese aspecto.