El Enemigo [Laughing Jack Y Tu] (Book 1)

Jeff

Narra Jeff.

Vi como _____ salió corriendo de la cabaña.
Salí y la seguí a escondidas. Ella corría como alma que lleva el diablo, hasta que por fin, después de varios minutos, se detuvo.
Dudé entre salir de las sombras o hablarle. No soy muy bueno con las palabras y no sé dar consejos, pero antes de que me diera cuenta me encontraba dando un par de pasos hacia adelante saliendo de mi escondite.

—¿Qué es lo que sucede? —ella dio un respingo y me da una leve sonrisa. 

—No te escuché llegar. 

—¿Por qué saliste así? 

—¿Cómo? 

—Ya sabes... parecía que estabas huyendo de algo... o alguien. 

—No, sólo necesitaba un poco de aire. 

—¿Segura? 

—Sí, sí. Estoy bien, Jeff.

Me siento en el frío suelo cubierto de nieve. Ella repite mi acción enseguida y me mira con un brillo único en aquellos ojos grises.

—¿Te has peleado con el payaso nariz de pene? 

—No, Jeff. No nos hemos peleado. Aunque me hubiese gustado que fuera eso. Así todo sería menos complicado. 

—Nada es complicado. Él te gusta, tú le gustas. Realmente no entiendo por qué no están juntos.

—No todo es tan fácil como tú crees —contesta encogiéndose de hombros. 

—Entonces explícame. 

—Se supone que debería odiarlo. Él me atacó y me torturó. 

—Pero no lo odias. 

—¡Joder! —grita ella—. Si lo hago. Lo odio. Pero a la vez me siento mal por hacerlo. Quisiera acabar con ese sentimiento pero no puedo olvidar lo que me hizo. 

—¿Y Jack lo sabe? ¿Sabe qué aún estás enojada con el por lo de aquella noche? 

—No —murmuró ella—. Pero no es tan complicado de adivinar. Cualquier persona guardaría rencor porque le sacaron las tripas.

Yo reí ante el comentario y ella también lo hizo. Tiene razón. Nadie estaría feliz con eso. Pero tiene que entender que Laughing no es un humano, es un creepypasta.

—El realmente te quiere.

—¿Te ha mandado él a que me digas todo esto? 

—No. Es sólo que creo que es estúpido que ambos se gusten pero se compliquen tanto las cosas. Incluso es desesperante. 

—Jeff The Killer dando consejos de amor. Esto es inaudito. 

—Ríete pero sabes que es cierto.

Ella hizo una mueca y jugó con sus dedos un minuto. Si. Había dado en el blanco.