Ella iba a ser un medio para un fin. Él iba a ser su salvador.
Un amor inesperado.
Lo escuché mientras soñaba: -"Yo siempre estaré, cuidando de ti".
Cuidando de ti|Dragon's Family Book #1
SOLO PARA MAYORES DE 18+.
BORRADOR | ACTUALMENTE EN...
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Tres días después
Samantha
Estoy parada y mirando por la ventana. La habitación de Daniel es limpia y sencilla, con una cama grande, una mesita de noche, un alto armario, un baño, y nada más. Me estuve preguntando en dónde ha estado durmiendo, ya que estoy usando su habitación, pero Daisy contestó a mi pregunta cuando me dijo que él se está quedando en una de las habitaciones vacías del club. Las sábanas negras ya no están porque fueron remplazadas por unas de color morado. Todo fue cambiado por Daisy en mi segunda noche aquí. Ella me contó un poco sobre Daniel, sobre que tiene una casa a las afueras de la ciudad, pero que no lleva a nadie allí, y nadie sabe exactamente en qué lugar está localizada. Al parecer, le gusta la privacidad porque esta habitación es la más alejada de todas.
Estoy pensando en que haré de ahora en adelante. Mis planes de estudiar siguen en agenda. ¿El trabajo? No lo creo. No pienso volver a trabajar para esa empresa y menos con ese imbécil de Wilson. En cuanto pueda lo denunciaré porque tal vez no soy la única a la que ha estado acosando y merece ser castigado por ser un degenerado.
Exhalo sintiendo impotencia. Tantas cosas que quiero hacer y no puedo porque me siento débil. Odio enfermarme, pero soy muy consciente de que tengo que sanar primero. "Puedes descuidar el jardín, pero nunca tu salud, Samantha". Solía decirme mi abuela cuando comenzó a enfermar, y ella estaba en lo cierto. La extraño como nunca.
Sigo mirando por la ventana. Otro día más. No tengo idea de dónde estoy porque no conozco esta parte de la ciudad, y si salgo de aquí, seguramente me perdería. Aunque admito que no tengo ganas de ir a ningún lado porque en este club me han tratado muy bien y me he sentido mucho mejor. Esta mañana el doctor Brandon me quitó la intravenosa con el suero, y mis ojos se mueven hacia mi mano cubierta con cinta adhesiva transparente y una gasa.
Él me dejó los medicamentos y vitaminas que tengo que tomar para seguir sanando, siempre siendo muy amable, respetuoso, y de cierta forma me recuerda a mi abuela, dándome buenos consejos. El doctor cree que sufro de depresión por la muerte de mi Abu, pero no es así. Solo estoy inmensamente triste. Es lógico, pues su muerte es aún reciente. Le dije que soy una chica fuerte, que me repondré, y que solamente necesito tiempo.
Cuando me informó que estaba al borde de la anemia, me quedé muy asustada. Sabía que podría enfermar en cualquier momento, y a veces me siento culpable por no haberme cuidado. Me olvidé completamente de mí para cuidar de mi abuela. No comía, ni dormía adecuadamente a causa de la preocupación, la ansiedad, el estrés, y todo eso mezclado, casi me mata. Le conté mi situación, y él se quedó muy sorprendido. Lo que no le dije al doctor Brandon es que volvería a pasar por lo mismo, con tal de estar de nuevo con mi abuela Elizabeth. Estuvo por un buen rato hablándome sobre cómo cuidarme, y que vendrá mañana a revisarme, pues su clínica queda cerca del club Los Dragones. Me habló también y con orgullo de su nieta Lizzy, que está estudiando medicina, y que le recuerdo a ella, pues hace mucho tiempo que no la ve porque estudia lejos.
