Capítulo 25

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Samantha

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Samantha

Está oscureciendo afuera, y no sé cuánto tiempo llevo aquí sentada en la cama mirando a la nada, pero pensando en todo. La posibilidad de que esté embarazada no me ha afectado tanto como las últimas palabras que me dijo Daniel. Unas palabras que siguen repitiéndose en mi cabeza, pero de todas las que me dijo, solo estas se quedan una y otra vez lastimando mi corazón. "Lo siento, Samantha, pero no puedo esperar para ser un hombre libre".

Sabía que esto era temporal, sabía que esto iba a pasar, pero lo que no sabía era que iba a enamorarme en el proceso, y tampoco sabía que iba a doler tanto. Dios mío. ¿Así que esto es lo que se siente cuando estás enamorada? Tener una sonrisa en tu rostro todo el tiempo, con él en mi mente todo el día, el no poder esperar para verlo, y cuando al fin lo ves, sientes esas sensaciones intensas en tu estómago y en tu corazón.

Todos los momentos vividos con Daniel hicieron que florecieran dentro de mí sentimientos profundos por él. Unos sentimientos que no sabían que existían, y que descubrirlos, me sorprendieron por su intensidad y me dieron esperanzas. Unas esperanzas que acabaron aplastadas, porque él no siente lo mismo que yo. Lo que vi en sus ojos verdes fue enojo, incredulidad, pero también vi temor. Él tiene miedo de lo que sentimos, y no lo acepta. Estoy muy segura de que no lo aceptará nunca. Entonces sé que debo tomar una decisión porque no puedo seguir con esto.

Daniel Baxter quiere ser un hombre libre, pues entonces le daré su libertad. Yo tengo el poder, puedo terminarlo, y lo haré. Me levanto de la cama, y comienzo a quitarme el chaleco lentamente. Mientras la textura del cuero va dejando mi piel siento que comienzo a desmoronarme, pero aun así, es algo que debo hacer. Las mismas sensaciones que sentí al ponérmelo vuelven, pero a la inversa. Ya no siento que las palabras cosidas queman en mi espalda, ni siento las llamas abrazándome, ni cuidando de mí. Siento que muero lentamente, y la sensación de soledad que sentía antes de conocerlo, vuelve con fuerza estremeciéndome, helándome. Tomo el chaleco con mis dos manos, y lo coloco encima de la cama. Lo observo sintiendo que significa todo, pero a la misma vez ya no significa nada si la persona que me lo dio ya no quiere que lo tenga. No me quiere en su vida, y debo respetar su decisión como hombre y como presidente de los Dragones MC.

Me digo que no debo llorar. No-debo-llorar. Pero mis ojos no me hacen caso e inevitablemente se inundan con lágrimas mientras me volteo para buscar mi mochila. La busco en la esquina del armario, la abro, y dentro todavía están todas mis pertenencias. Las mismas que tenía cuando llegué aquí y con ellas mismas me voy, pero no debo irme con lágrimas en los ojos porque los hermanos y las mujeres sospecharán. Dejo la mochila en el armario, y voy al baño de la habitación para refrescarme un poco. Miro mi imagen en el espejo, y la chica que me devuelve la mirada quiere derrumbarse, pero no la dejaré. ¡No la dejaré! No aquí. Abro el grifo del lavabo, y me enjuago los ojos y toda mi cara. Sé que en el botiquín del baño hay medicamentos para el dolor, pero allí no hay ninguno que pueda curar el que siento en mi corazón. Me seco con una pequeña toalla, respiro profundo, y salgo del baño. Voy hacia el armario para buscar mi mochila cuando la voz apenada de Daisy interrumpe mis pasos. Sé que tengo que ser fuerte para que no vea este dolor que está desgarrándome por dentro.

Cuidando de ti (Dragon's Family #1) (CORRIGIENDO)Where stories live. Discover now