Capítulo 40

195K 8.6K 988
                                    

Samantha

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Samantha

Ha sido una semana muy educativa para mí. Las clases y los profesores son geniales y hasta divertidos, y mis compañeros al igual que yo, tenemos hambre de aprender. Bueno, no todos mis compañeros, pero estamos conociéndonos, y al principio siempre es un poco difícil adaptarse. El laboratorio de la escuela tiene toda clase de equipos de cocina de última generación, y es sencillamente el sueño de todo chef repostero. Cielos, ya me gustaría tener esa clase de equipo cuando abra mi tienda de repostería fina. Bueno, soñar no cuesta nada.

Estoy parada frente a la escuela, y a mi alrededor hay otros estudiantes esperando por su transporte. Un grupo de cinco chicas que también están en mi clase, no paran de hacer bromas y de reírse en voz alta. Ha sido así toda la semana, y no he sido la única que lo ha notado. Las miro para ver de qué se ríen tanto, y me sorprende ver que algunas de ellas me devuelven la mirada con desdén. Indignada, me miro de arriba abajo para ver si tengo algo raro en mi cuerpo, pero no me encuentro nada. Tontas. Espero no tener problemas con ellas porque el semestre es largo, y no quiero que mis estudios se afecten de ninguna manera, y menos cuando no he hecho nada para merecer tal actitud, una que no me gusta.

Las ignoro, y suspiro mientras espero por Daniel. Él aún no ha llegado y eso es algo muy raro porque él siempre está aquí cuando salgo a las dos en punto. Compruebo la hora en mi teléfono, y son las dos y cinco de la tarde. Tal vez el tráfico lo ha retrasado y ya debe estar al llegar. Sí, eso debe ser. Entonces sonrío al escuchar el estruendo de una motocicleta que se acerca por la esquina de la calle, pero la sonrisa desaparece rápidamente al ver que no es Daniel, es Dylan.

Él estaciona su moto frente a mí, se quita el casco, y sonriendo dice: —Oye, yo también me alegro de verte, Samantha.

—Lo siento, pensé que era Daniel, y me alegra verte, tonto —contesto sonriendo y golpeando su hombro juguetonamente.

Escucho murmullos y silbidos de apreciación por parte del grupo de chicas detrás de mí, y ruedo los ojos. Obviamente lo están haciendo por Dylan porque de seguro que ya se fijaron en que es guapo, en que su moto es genial, y en los parches cosidos en su chaleco de cuero. No me extrañaría que Dylan comience a lanzar cumplidos, a darles su famosa sonrisa a estas chicas, y quién sabe si se lleve a una de ellas en su moto, pero él solo las mira, les guiña un ojo y les sonríe lobunamente. Yo resoplo por lo bajo al escucharlas jadear y reír como niñas de primaria. No sé por qué, pero me siento protectora con Dylan, y no quiero a ninguna de ellas cerca de él.

Él es muy atractivo y si no lo conoces bien, dirías que es un poco intimidante, pero es solo una fachada porque sé que él tiene un gran sentido del humor y también un necesitado corazón. Él ha estado un poco raro últimamente y voy a preguntarle si está bien, pero entonces recuerdo que si Daniel no vino, algo tuvo que haber pasado.

Dylan ve mi cara preocupada y niega: —No pasó nada con el prez, así que tranquila. Ten.

Me tiende la mochila que estaba en su espalda, y confundida, le pregunto: —¿Para qué es esto?

Cuidando de ti (Dragon's Family #1) (CORRIGIENDO)Where stories live. Discover now