Capítulo 19

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Samantha

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Samantha

—¿Estás segura de esto, Daisy? —le pregunto, todavía dudando.

—¡Claro que lo estoy! —responde ella con vehemencia.

Hago una mueca insegura. —Creo que esto no es una buena idea.

—Tonterías —ella hace un gesto con la mano—. Además, ¡es mi cumpleaños! Debes complacerme y tienes que aceptarlo ya.

—Pero no creo que...

—¡Nada de peros, chica! —Ella me toma por el brazo y me planta frente al espejo—. Mírate. Eres la mujer de Daniel Baxter, el presidente del club los Dragones, y debes lucir como tal. —me mira de arriba abajo, y complacida con su trabajo, comenta—: Te ves impresionante, ¡ya quisiera yo tener ese cuerpazo!

—Lo tienes, Daisy, pero con más curvas —le digo medio sonriendo.

—Seh, y a mi Ben le encantan, pero Daniel se va a quedar excitado permanentemente cuando te vea. —Comienzo a negar, pero ella, con sus brazos en jarra, rápido añade—: ¿Crees que no me he dado cuenta como lo miras y él también te mira a ti? ¡Uf! ¡Siento la tensión sexual hasta en los huesos! —exclama, abanicándose con la mano exageradamente, y rio nerviosa.

Sí, me he dado cuenta de cómo me mira, como si quisiera reclamar todo mi cuerpo con su boca y algo más. Ese algo que veo en forma de bulto en sus pantalones cada vez que se levanta del suelo para desearme buenas noches e irse a su propia habitación.

Dios.

He deseado que se quede, que pase la noche conmigo, pero no me atrevo a decirle ni una palabra, aunque ya tengamos confianza uno con el otro.

—Ah, falta el toque final, el perfume nuevo que te compré —dice a mi lado Di—. Es suave, dulce y sensual, así como tú. No te muevas, iré por él a mi habitación —me guiña un ojo, y rio negando.

Hoy es su cumpleaños y parece que es el mío, pues me ha vestido de pies a cabeza, me ha maquillado, peinado, y hasta me enseñó a cómo usar la cera y me depilé todo. ¡Argh! Pero me gustó el resultado, pues toda mi piel luce suave y brillante.

Hace un rato, ella entró como una tromba a la habitación con muchas bolsas de ropa, maquillaje, accesorios, y aquí estoy, vestida como toda una chica motera. Viendo mi nueva imagen, estoy empezando a admitir que me veo bien, más que bien. Me veo diferente y me siento segura y sexy. He subido de peso, pero todo distribuido en los lugares correctos, y no puedo creer que esa mujer que me devuelve la mirada en el espejo sea yo.

Todavía no puedo creer nada de esto, pues nunca me imaginé metida en este mundo de motocicletas y parches. Pero aquí estoy, y me encuentro recordando lo acontecido hace casi un mes en la oficina de Daniel cuando me explicó:

Debo protegerte aquí y fuera de mi territorio, y la única manera en que puedo hacerlo, es que tú seas mi mujer.

Lo miré conmocionada, pero cuando caminó hacia un armario y sacó un chaleco de cuero negro y pequeño, con los parches de su club, y las letras cosidas que indican que le pertenezco, me quedé sentada mirándolo con la boca abierta, me quedé helada, me quedé muda. Supe muy bien lo que eso significaba porque Daisy me lo explicó hasta el cansancio y no creí que pudiera hacerlo, que pudiera llevar eso aunque no fuera real.

Cuidando de ti (Dragon's Family #1) (CORRIGIENDO)Where stories live. Discover now