Capítulo Extra

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Samantha

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Samantha

Hoy es domingo y la tienda no se ha vaciado. Es así todos los días, y me siento bendecida. Estoy en la cocina en la parte trasera de mi tienda, preparando unas trufas de chocolates porque hoy es día de San Valentín, y mis clientes vienen a comprar todo tipo de dulces, pero las trufas de chocolates son muy solicitadas por ellos un día como hoy. Gracias al cielo que el olor a chocolate ya no es un problema para mí, y puedo hacer cualquier tipo de receta con ese ingrediente. Las trufas son fáciles de hacer, pero me gusta que queden perfectas, y por eso me tomo mi tiempo haciendo el procedimiento con mucho esmero y con ingredientes de calidad.

Cuando están listas, las coloco en envases especiales, y después suspiro contenta al ver mi obra completada. Las guardo en el congelador y miro el reloj en la pared. La una de la tarde. Debo ir a recoger a Danny, a Frank, y a mi pequeña Sammy en la casa de Daisy y Ben. Esta mañana, mi amiga me llamó para decirme que quería llevar a mis hijos al parque porque su hija, Thara Grace, quiere jugar a las muñecas con Sammy. No sé por qué, pero su voz se escuchó demasiado entusiasmada. Así que dejé a mis hijos en su casa y me vine directo a la tienda en mi auto Mini Cooper convertible rojo. Sí, ya tengo mi licencia de conducir, y me he convertido en una experta al volante. Lo único que me falta es conducir una moto. No he podido aprender bien por mis embarazos y mi trabajo, pero mi hombre me ha dado unas cuantas clases bastante...interesantes. Unas clases que terminan con los dos jadeando encima de su motocicleta.

Cuando le cuestioné, él solo dijo: —Tú, ¿en mi moto? Te ves jodidamente caliente, y que me condenen si no puedo resistirme y follarte encima de mi Harley.

Le respondí: —Pero, Daniel, ¡así no aprenderé nunca! Además, es grande, pesada, y difícil de manejar.

—Estás segura de que estás hablando de mi moto y no de mi pene.

—¡Daniel! —lo reprendí, poniendo mis manos en mi cintura.

Pero él, sonriendo engreído, me abrazó, me dio vueltas en el aire y luego dijo: —Nena, ya lo tienes. Un poco más de práctica y listo. Aunque tengo que admitir que tú manejando una moto, y yo solo en la mía, no me gusta una mierda.

—No será todo el tiempo, amor —le aseguré y besé labios enfurruñados. Susurré—: Además, sabes que me gusta jugar contigo cuando me subo a tu moto y volamos sobre el asfalto.

—¡Infiernos, sí! Podemos jugar otra vez mientras vamos de regreso a casa —ronroneó en mis labios, y después de besarme hasta dejarme sin aliento, nos fuimos a nuestro hogar.

Y sí, jugué y lo acaricie como a él le gusta.

Lo llamé hace un rato y le dije que recogiera a los niños, pero me dijo que está ocupado reparando el motor de un Chevrolet Camaro. El taller de mecánica Baxter está en su mejor momento y hasta ha tenido que contratar a más empleados.

Cuidando de ti (Dragon's Family #1) (CORRIGIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora