Capítulo 4

7.9K 406 10
                                    

Entonces...

—¿Entonces? —Pregunto.

Se acerca poco a poco. No hay nadie alrededor. Estamos en un banco frío, y chispea, ya que estamos en pleno mes de enero. Encima de nosotros hay un árbol grande, en un sitio solitario pero no escondido. Mis piernas tiemblan exageradamente del frío, y Manuel se da cuenta enseguida, me abraza de una manera... Tierna. Me encanta, porque siento algo diferente. ¿Cariño?, ¿Amor? No lo sé, ni me lo puedo imaginar.

Cuando deja de abrazarme se queda mirándome fijamente con esos ojos perfectos y me pongo súper nerviosa, pero tampoco puedo apartar la vista. Es mi corazón lo único que se escucha por el sitio.

Yo no puedo enamorarme. No es típico de mí. Ese es un sentimiento que yo no conozco para nada y la verdad, me da un poco de miedo... Bueno, MUCHO miedo, por tanto, no quiero ni intentarlo.

Sigue mirándome y no sé si alejarme de nuevo. No lo hago y poco a poco se vuelve a acercar. Esto se hace eterno, y no puedo esperar más, pero espero hasta que por fin llega.

Me está besando, sí, a mí. Y no sé si esta sensación es buena o mala, pero me gusta. Es una sensación extraña, pero yo estoy encantada.

Mientras me besa, me acerca a él con un brazo y me mira, me sonríe y con esa sonrisa tan dulce, me dice:

—Entonces... ¿Estás conmigo?

No sé lo que responderle. ¿Y si me equivoco? Me tiembla el cuerpo entero. Al final, digo la primera tontería que se me ocurre.

—¿Que hora es? Creo que me tengo que ir.

—Vale preciosa.

No sé qué decirle y necesito pensarlo. ¿Y quien mejor que Lorena para darme ese consejo?
Me acompaña al lado de mi casa, y dándome otro beso, se despide de mí.

Llegu y llamo a Lorena, que ya habrá salido de la fiesta.

—Hola mi amor.

—No puedo ir luego a la fiesta esa, no me da mi madre ni un céntimo. He llorado, pataleado y hasta se lo he pedido por favor. Pero no ha servido de nada.

—No importa, yo quería contarte algo.

—Cuentame.—Dice, con su tono de cotilla.

—Pues estaba con él y tal y pues me besó..

—¡Bien! Yo lo sabía...

—Escuchame... Me preguntó que si quiero algo con él .

—¿Y?

—¡Que me des consejos!

—¿Por qué no lo intentas? Si no sale bien, no importa. Intentalo. Ese es mi consejo.

—Te quiero tía. Mañana hablamos.

Cuelgo el teléfono y me pongo a pensar. Miles de ideas pasan por mi cabeza. ¿Qué hago? ¿Qué digo? No hago más que hacerme preguntas, pero no sé respondermelas.
De repente, Manuel me llama al móvil, y, tras hablar un rato, me dice:

—No has respondido a mi pregunta.

—¿Qué pregunta?

—¿Te haces la loca?

—Sí.

—¿Que sí te haces la loca?

—No, que te estoy respondiendo.

Y ahí empezó todo.

¡Ring Ring! Me he quedado dormida. Me despierto a las 12.00 y tengo 10 mensajes de Manuel. Pregunta si quiero verle hoy, a lo que respondo que claro.
Me llama Lorena para quedar conmigo, le digo que he quedado con Manuel para hablar con él, y que mas tarde quedaríamos. Me dice que no importa, que perfecto. Ya tengo plan para hoy.

Y llegan las cinco.
Ya me he vestido, me he peinado ...
Y llega la hora de irse. Llego a las escaleras del día anterior y está allí, mejor vestido. Me quedo mirándole pocos segundos antes de saludarle, y cuando me acerco a darle dos besos, se pega a mi boca.

Sin Buscarte. © [EDITANDO]जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें