29. Queda muy poco

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8 meses de embarazo...

-Manuel...-Dije, con los ojos pegados todavía.

-Dime cariño.

-Tengo miedo...

-¿Miedo?

-Pronto va a venir el bebé...

-Tengo que ir a trabajar cariño. Cuando llegue hablamos, no tengas miedo.

Después de estas palabras, me besó la frente. Me tumbé de nuevo y escuché la puerta cerrarse.
Me levanté y cogí el móvil.

-¿Mamá..?

-Aii, hija ¿Cómo estas?

-Muy bien mamá.. Una pregunta, ¿algo que hacer hoy?

-No, hija, nada importante.

-¿Vamos a por la cunita? Manuel trabaja hoy, y voy a estar sola.

-En una hora me paso y te recogo.

Colgué y fui a vestirme. En efectivamente una hora exacta, mi madre tocó al timbre y bajé corriendo. Subí al coche y nos fuimos a una tienda de bebés.

Mi madre no paró de dar vueltas por la tienda, parecía estar mas ilusionada ella que yo. Se tiró dos horas de reloj de toquetear cosas, no solo cunas; ropa, patucos, carritos, gorros... Siempre había sido así de infantil.
Yo solo miré las cunas, y finalmente, me decidí por una azul de madera clásica, pero preciosa.
Me la llevé directamente sin montar, y mi madre compró una ropa más para que no faltara. Tambien me regaló la bañera del niño y su champú, todo un encanto.

Volví a casa y Manuel había llegado hacía media hora, aunque ya estaba tirado en el sofá dormido. Entré sin hacer ruido, para no despertarle, y me metí en la cocina a hacerle algo para comer. Le hice una mezcla de las cosas que mas le gustan. Un plato enorme lleno de:
•1 Hamburguesa.
•3 tiras de bacón.
•Patatas fritas.
•Alitas picantes.
•1 trozo de chorizo.

Lose, unos gustos muy comunes. Lo hice mas rápido de lo que pensé, y sin hacer ruido para no despertarle, puse la mesa.
Me subí encima de el para despertarlo, le acaricié la cara y besé sus labios muy lento. Le removió pero no abrió los ojos.

¿Quieres juego? Yo te daré juego.

Empecé a besarle el cuello mientras le acariciaba todo el cuerpo y del cuello fui directamente a la boca, esta vez besandolo de una manera un poco más apasionada. En ese momento si se despertó. Me quité de encima de el antes que pudiese cogerme y le besé la frente. Le puse el plato en la mesa, y después de darme las gracias 50 veces por hacerle de comer, agarró el plato y se lo comió de dos bocados, en daba miedo acercarme por si me comía a mi también.

Y me volvía loca.

De repente, solté un grito.

-¿Algo va mal?-Preguntó Manuel, preocupado.

-No, serán gases.

Me dió una punzada en la barriga, pero no creía que fuera nada importante. Me dió otra punzada, pero me aguante para no preocupar a Manuel, que ya bastante se estaba preocupando por mi.
Seguimos hablando de cosas sin importancia, cuando sonó mi móvil.

-No te levantes, yo voy a cogerlo.-Me dijo Manuel besando mi mejilla.

Entonces descolgó y se quedó tres segundos en blanco.

-¿Señora Sánchez? Dime.-Contestó. -¿Lorena? Ella..

Dios mío, era la madre de Lorena, Manuel iba a decirle que ella no estaba aquí. Me levanté corriendo y le quité el móvil de la mano.

-Ella ha salido. ¿Le dejo algún recado?-Le dije yo.

-No, solo dile que me llame.

-Tardará en llegar, dime lo que sea y yo se lo digo.

-Que me llame y punto.

La señora Sánchez colgó el teléfono, ya estaba de mal Humor la muy .... ¿Despues de tanto tiempo se preocupa por su hija? Cuando ya estaba de cuatro meses y ya la había hechado de su casa, ¿Para que quería ahora hablar con Lorena?
Yo tenia seguro que no iba a hablarle.

-Otra vez...-Dije agarrando mi gran barriga.

-¿Vamos al medico?

-No...

Sin Buscarte. © [EDITANDO]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt