30.Ya viene...

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-Puede estar pasándole algo a nuestro hijo ¿Y te da igual?

-No me da igual Manuel... Solamente que no le veo sentido. No me duele tanto como para ir al médico.-Dicho esto, solté otra mueca de dolor.

-Taira, ya está bien. Vamos.

-¿Quieres dejarme en paz?

Puso cara de enfadado, y sin decir nada, se levantó bruscamente del sillón y se metió en nuestro cuarto dando un portazo. No pude evitar soltar una lágrima de impotencia. Parecía que el que tenia cambios de humor era él, yo lo único que hacia últimamente era llorar por todo y no era una cosa que me agradara mucho...
Otro dolor, este fue mucho mas fuerte. Dios, duele, duele mucho. Puse el cronómetro del móvil, por si eran contracciones, esperé y no le hice mucho caso a Manuel y a su enfado de niño pequeño. Tres minutos entre dolor y dolor, cada vez mas fuertes... Al poco tiempo, solo duraban dos minutos.
Respiraba por la nariz y soltaba el aire por la boca, dolía mucho. Pero no dije nada, quizás seria otra cosa, a mi bebé le faltaban tres semanas.
En mi cuarto se escuchaban golpes en la pared, seria Manuel tirando cosas para hacer ruido y llamar la atención. Maldito niñato.

-Manueeeeel, para de una puta vez!!!!!

-Olvidameeeeee!

-Me dueleee muchooo, por favor saaaal !-Solté un grito después de esto, se notaba el dolor en mi voz, o por lo menos Manuel lo notó porque salió corriendo del cuarto haciendo mucho ruido.

-Respira, por favor Taira respira.

-Eso estoy haciendo inútil.

-Bien, desahogate, no importa lo que me digas.

-Manuel me duele.-Dije gritando.

-Por favor mi vida respira, no tardo nada.

Corrió de nuevo al cuarto y salió con la chaqueta puesta, se acercó a mi con mis zapatillas y me las puso rápido pero con mucho cuidado.
Cogió mi pelo con una coleta, era tan tierno... Me puso una sudadera suya muy cómoda y me acarició la cara.

-Vámonos.

-Voy a por el bolso.

Cogí el bolso con mi ropa y la de mi pequeño y sentí frío en mis piernas. Mucho frío.

-Manuel, me he hecho pis encima...

-Taira se ha roto la bolsa! Vámonos, rápido!

Me cogió en brazos por las piernas, podía conmigo aun teniendo la barriga como un melón de los grandes. Metió las llaves en el bolsillo y cerró la casa de un portazo. Me bajó al coche rápido y me subió a los asientos de atras para que me tumbara. Subió rápido a su asiento y puso el coche en marcha.

*Manuel PDV'

Podía ver el dolor en su cara, fui al hospital lo mas rápido posible.
El camino se nos hizo eterno, mas a ella claro, pero llegamos.
La esperaban con una camilla.

-Dios mio, hacedme algo, por favor! -No podía dejar de gritar.

Una enfermera me indicó que la siguiera y en cinco minutos volvería a estar con ella.

-No os lo llevéis...-Me tendió la mano.

-Mi vida, no voy a tardar.

Con un nudo en la garganta me alejé de ella y seguí a la enfermera, que me llevó a una habitación para que me pusiera una bata azul y un gorrito de plástico. Iba ridículo, pero no me importaba. Me indico de nuevo el camino hacia la habitación donde estaba mi pequeña. Allí estaba, tumbada y llorando por el dolor.

-Señor, venga por aquí, su mujer no quería dar a luz sin usted.-Me puse al lado de Taira y agarré su mano.-Tienes una dilatación de ocho centímetros, será una cosa rápida.

Cuanto mas rápido pasara para ella, mejor. Veía su cara colorada y estaba sudando, pero seguía siendo la mujer mas bonita del mundo. Me agarró de la mano y me apretó fuerte, incaba las uñas en mi brazo, pero me daba igual.
No pude evitar soltar dos lágrimas, estaba asustado.

-Cuando te diga ya, tienes que empujar fuerte.-Le dijo el doctor a Taira -Ya!

Empujó fuerte, no podía soportar verla así. Me agarró aun mas fuerte, pero no me hacia daño. Empujó varias veces mas, pero el niño no salia.
Vamos, pequeño, sal de ahí.

Se estaba quedando ya sin energía y se notaba, empujaba cada vez mas débilmente.

-Tu bebé está pasándolo mal.-Al decir esto el doctor, Taira volvió a empujar con todas sus fuerzas.-Perfecto Taira, lo estas haciendo perfecto, una o dos veces mas y lo tenemos, ahí está su cabecita.

Empujó efectivamente dos veces mas y salió la cabeza de mi niño.

-Enhorabuena, tienen un precioso varón.

Ella soltó un soplido de alivio, y el doctor cogió de la cabeza a mi bebé y sacó todo su cuerpo.
Me preguntó si quería cortar el cordón, y así lo hice. Me dieron una toalla para coger a mi niño y casi sin mirarlo se lo di a Taira, para que ella fuese la primera en verlo.
Cuando lo cogió ví a los dos amores de mi vida. La mujer que mas amaba y mi hijo. Al ver esa imagen no pude evitar llorar como un niño pequeño. El doctor salió de la habitacion y me acerqué a Taira.
Le besé la frente y le acaricié la mejilla a mi niño, que tenía mis ojos y mi color de pelo. Me extendió los brazos para que lo cogiese y así lo hice, aunque me daba un poco de miedo. Le toqué la cara, dios, era preciosos tenia los rasgos de su madre.
Una enfermera vino a ver como estaba el niño perfectamente claro.
Estuve un momento con Taira en la habitación, pero el 98% del tiempo estuvimos llorando.
Vino de nuevo el doctor, yo pensaba que venia a decirle a Taira que la llevaban a la habitación, pero se quedó muy seco.

-Tengo una mala noticia...

Sin Buscarte. © [EDITANDO]Where stories live. Discover now