28.Discusiones & amor.

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Estoy bien, respira... Taira, respira, estoy bien... Yo soy fuerte, esto no me hace daño, estoy bien... Respira, estoy bien. Esto no me duele, no... No llores, estoy bien. No me duele, estoy bien. Taira, estúpida no llores, estoy bien... No, no lo estoy.

Llevaba dos días durmiendo sola. Manuel se fue, no se a donde, pero no me molesté en buscarlo. No vino a por sus cosas ni dió señales de vida.
Me daban miedo las noches, dormía sola abrazada a un peluche para no tener frío.
No tenía ánimos para hacerme de comer, aunque sabia que eso no le hacia bien a mi pequeño.
Me pasaba el día tirada en el sillón llorando, no podía hacer nada más sin el.
No ponía la televisión, no encendía el móvil para nada, no usaba la cocina, no limpiaba la casa... Daba pena.
Al día siguiente me desperté con la misma rutina. Lavarme los dientes y al sillón mirando la tele apagada.
Tocaron a la puerta, y estaba tan triste que no imaginaba quien era.

-Taira, mi vida...-Manuel tenia los ojos rojos y las mejillas mojadas.

-¿A qué has venido?

-A quedarme.

Le hice un gesto para que entrara. El entró y se sentó en el sillón sin encender la tele. Me senté a su lado y estuvimos los dos de piedra casi diez minutos. Lo único que yo hacia era coger pañuelos para limpiarme los mocos.
Esta situación me dolía mas que los tres días que había estado sola, pues lo tenia cerca y no podía comérmelo a besos.
Lo miré esperando a que se tirara y me besara, pero en lugar de eso, estaba sentado mirando al suelo.
Me acerqué a él y le besé el cuello. No hubo reacción por su parte. Pegué mi cuerpo al suyo y me tiré a besarlo yo, esta vez si me siguió el beso. Mientras lo besaba, las lágrimas resbalaban por mis mejillas, había estado a punto de perderlo y no me gustó nada estar sin el. Él era mi mundo. Era una sensación un tanto rara, estaba enfadada, triste y feliz a la vez. Lo tenía a mi lado y no iba a dejarlo ir.

-Por favor perdoname, prometo no hacerlo nunca más, te amo Taira, odio estar sin ti.

-Me has dejado sola...

-He dormido solo y he pasado frío.-Me dijo haciendo un puchero.

-Yo también...

-Cristián me llamó y me contó todo. Lo siento por no entenderte, no quiero que me perdones obligatoriamente, quiero estar bien contigo.. Que me quieras y que olvidemos esto... Soy un estúpido.

-Manuel te amo.

-Yo te amo mas.

En un momento, olvidé todos esos días sola y perdoné todo lo que Manuel había hecho, no le guardaba rencor, ahora lo quería aun mas.
Mi pequeño pateó fuerte y Manuel lo notó.

-Está cabreado contigo por pelear con mamá.-Le dije.

-Me encanta la idea de tener un hijo contigo.

Manuel me tocaba la barriga mientras mi pequeño pateaba. Lloré de nuevo, pues la sensación de sentir a mi hijo dar patadas era increíble.

-¿Que te parece Manuel de nombre?-Preguntó.

-Ya iremos viendo.

-Manuel, como su padre.

-A mi me gusta Ethan.

-Ya iremos viendo.

Nos sentamos en el sillón a ver una película de iban a echar en la tele.

-¿Donde has estado estos días?-Pregunté para romper el silencio.

-En casa de mis padres, ellos se han ido de vacaciones y yo me quedé en su casa.

-¿Solo y sin compañía?

-Taira, no empieces con las desconfianzas...

Y de nuevo lloré. No desconfiaba, solo quería estar segura de que de verdad me amaba como él decía, aunque estaba segura de que no mentía.
Lo único que quería en ese momento era que Manuel estuviese junto a mi, ya me merecía algo bueno, después de haber sufrido tanto.
Ni Lorena, ni Sofía, ni Cristián, ni nadie iba a impedir que de ahí en adelante fuese feliz.
Tenia a quien amaba a mi lado y no podía pedir nada mejor.

Sin Buscarte. © [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora