La misma carta.

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Los personajes le pertenecen a Masashi Kishimoto.

Corría a toda prisa por los pasillos del hospital.

'Número bloqueado' 11:36 pm

Es increíble lo que un poco de aire en las venas puede hacer

-U.

Kankuro había sido internado en el hospital hace 4 días, la mitad de su cuerpo tiene quemaduras de 3er grado, algunos huesos rotos, mencionando también su pierna. Que acababa de ser amputada.

Lanzaba a todo aquel que se cruzaba en mi camino, lancé a un tipo con vasos que parecía ser café. Cada vez más, la habitación 216, era inalcanzable. No puede salvarlo del elevador y por eso ahora él está aquí. Si no lo llego a tiempo seré la culpable de ver como sus amigos y familiares ven como colocan su cuerpo bajo tierra. ¡JUSTO CUANDO TODO IBA TAN BIEN! ¡MIERDA!

Ya no podía más, escalón tras escalón. Forcé a mis piernas a dar lo máximo, la puerta estaba a varios metros frente a mí. Empuje la puerta, nada. Busque y busque. No había nadie. Respire hondo, coloque mis manos en mis rodillas inclinándome para poder recuperar fuerzas.

Me senté en el sillón que estaba junto a la camilla donde se encontraba Kankuro inconsciente, con mi mano limpie el sudor que recorría mi frente. Tal vez había llegado a tiempo, tal vez él ya estaba aquí observando. Esperando el momento en el que me marche y él pueda hacer que Kankuro muera. No, no iba a permitir eso. Si era necesario estaré aquí hasta que lo den de alta.

Me dirigí hacia él, parecía que en cualquier momento abriría los ojos, con una sonrisa en los labios, burlándose de mí. Que se levantaría y me besaría como lo hizo esa noche. Toque mis labios, la piel se me erizo. Aún recuerdo lo frio que estaban y el sabor amargo que tenía por el alcohol. Me acerque y deposite un pequeño beso en sus labios.

Gracias.

-Eso es necrofilia.

Dios, nunca me di cuenta de que alguien había entrado. Alce mi rostro sonrojado.

Sus ojos no dejaban de hipnotizarme, eran hermosos, como todo lo que es libre. Tan llenos de esperanza y alegría. No puedo negar que cada vez que los veo me lleno de paz

-Por favor, no digas eso. Él no está muerto.

-Tienes razón, lo siento.

Mire a Kankuro de nuevo y de inmediato desvié la mirada. No puedo verlo sin pensar que yo soy la culpable de que el este allí, sufriendo.

-Sakura, se lo que piensas. No es tu culpa.

Iba a decir algo, pero sentí un nudo un mi garganta y sabía que si comenzaba a hablar. Probaría el salado sabor de mis lágrimas.

La mancha en la ropa de Naruto llamó mi atención. Era una mancha casi en la entre pierna, una mancha de.... Café

-No me digas que...

-Sí, estuve aquí toda la noche. Sabía que no tardarías en venir, así que decidí ir por café... pero me lo has tirado encima.

-Cuanto lo siento.

-No te preocupes. Sólo dime algo. ¿Qué te tenía tan preocupada? Creí que algo malo había pasado, así que te seguí

Naruto...

-Pero jamás pensé en encontrarte aquí, practicando necrofilia con Kankuro.

-Eres un imbécil. Me voltee para golpearlo, pero no pude ver nada con las lágrimas en mis ojos, me tropecé y el me tomo por la cintura, evitando que cayera.

Rodee mis brazos por su cuello, oculte mi rostro en su hombro. Y llore. Naruto acariciaba mi cabeza mientras me decía que todo iba a estar bien. Que él estaba conmigo.

Pasaron varios minutos cuando decidí levantar mi rostro y ver a través de la puerta a toda esa gente que pasaba con prisa de un lado a otro. Había un chico en la obscuridad del pasillo, caminando con paso lento hacía nosotros, su mirada no expresaba nada, de echo nunca lo hizo. Esa siempre fue su misma mirada. Sin ningún sentimiento.


Un escalofrío recorrió mi espalda, solté a Naruto y Salí de la habitación

Cada paso que daba me hacía temblar de miedo, cada vez más cerca de la nada. Mire mis pies, parecía que hicieran fuerza por retroceder. Era como si oliesen el peligro. Avance con fuerza, hasta quedar frente a frente, pero el no hizo ningún movimiento, me ignoro. Hizo como si no estuviese allí, frente a él.

Pensé en lo estúpida que era y me hice a un lado con la intención de seguir mi camino. Una mano tomo mi brazo impidiéndome que siguiese caminando.

-Sakura...

-Sasuke...- Por primera vez, desde que lo conocí. Me miro a los ojos, pero de cierta manera que me hizo sentir indefensa. Siempre tuvo el don de ver a través de mí.

Moví mi cabeza hacia un lado.

-Vamos, charlemos a fuera.

-No eres más que una puta barata

Cerré mis ojos con fuerza intentando eliminar ese recuerdo, era una noche estrellada. Los ojos de Sasuke por primera vez tomaron brillo, gracias a la luz de la luna.

Me observo, noto mis pequeñas heridas que tenía en el rostro. Involuntariamente las toque.

-No te preocupes por esto, no es nada.

-No era eso lo que observaba.

Mis ojos se abrieron como platos

-¡POR FAVOR! Sasuke No

PLAF

Sentí su fría mano en mi mejilla, la mire y luego lo mire a él.

-Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde.- Dijo mientras apartaba su mano de mi rostro.

Termine la oración - Y una vez perdido, no se vuelve a recuperar.

Rio.

-No has cambiado nada, sigues siendo la misma Sakura.

Estaba equivocado

Mi vista estaba enfocada en la ciudad de Tokio, era hermosa por la noche. Toda ella se iluminaba.

Sentí unos labios en la mejilla que anteriormente Sasuke toco. Y fue como si el tiempo se detuviese. Al igual a los labios de Kankuro, eran fríos.

Dio media vuelta y se alejó de mí.

-No has cambiado nada...



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