Capítulo 5

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Sinceramente estaba comenzando a admirar a los chicos que se metían en problemas seguido, ya que por más que pensara en formas para terminar en la oficina del director no se me ocurría nada, es decir, ¿qué debía hacer? ¿Golpear a alguien? ¿Correr ...

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Sinceramente estaba comenzando a admirar a los chicos que se metían en problemas seguido, ya que por más que pensara en formas para terminar en la oficina del director no se me ocurría nada, es decir, ¿qué debía hacer? ¿Golpear a alguien? ¿Correr en los pasillos? Antes con el solo hecho de respirar el director ya parecía tener deseos de expulsarme, pero el día de hoy que más necesitaba de su humor de perros parecía que acababa de volver de las aguas termales. No podía creer que cuando no quería meterme en problemas terminaba sucediendo todo lo contrario, tal vez lo equivocado de todo esto era mi mentalidad.

Me encontraba en los pasillos de la secundaria intentando hacer lo posible para no morderme las uñas, pero el horario que habíamos fijado con Frederick se estaba acercando y mi mente estaba cada vez más en blanco, inclusive Cassie podía regresar del baño en cualquier momento y empeorar aún más mi situación.

Cuando vi las manecillas del reloj marcar las doce, solté un suspiro, verifiqué que mi preciada cámara aún continuara en el bolsillo de mi pantalón y luego de palmear  mis mejillas para armarme de valor, golpee con todas mis fuerzas la puerta metálica de uno de los casilleros cerrados para llamar la atención del director y luego, aún con mi mano dolorida por el puñetazo, empujé a Travis, la persona que más cerca se encontraba de dónde estaba y quién, por suerte, haría de esta situación un tanto más realista, al suelo con todas mis fuerzas y me quedé estática esperando que mi rostro ardiendo no me delatara.

El director comenzó a caminar  hacia donde me encontraba y dije lo primero que se me vino en la cabeza para aparentar que estábamos discutiendo:

—La tuya por las dudas.

Travis se levantó del suelo confundido y por fortuna el director llegó antes de que él pudiera abrir la boca y dijera algo que arruinara todo mi trabajo.

—Cooper y Jean, ¿por qué no estoy sorprendido? —dijo mientras negaba la cabeza con desaprobación.

—Pero yo no hice nada, en serio —le aseguró Travis y le di un codazo poco disimulado para que cerrara la boca—. Ella me empujó de la nada, yo estaba por ir a la cafetería.

—Disculpe que no pueda creerle, pero intente recordar cuántas veces me dijo que no era el culpable cuando en efecto lo era —protestó el director, por suerte su mala reputación me había salvado—. Y usted, señorita Cooper, me gustaría decir que no veía venir esto de su parte, pero está lejos de parecerse a su hermana. Es bastante decepcionante.

Esta era mi primera y única vez metiéndome en problemas, no entendía porqué se sentía tan decepcionado de mí, además de que no había la necesidad de involucrar a Hellen en esta situación. No pude evitar rodar los ojos en su propia cara, lo único bueno de eso fue que me mandó a su oficina sin pensarlo.

—Vamos, ambos —exigió mientras caminaba detrás nuestro bajo la mirada de todos los estudiantes que se encontraban murmurando entre ellos.

Cassandra venía caminando en el momento justo cuando el director nos seguía regañando en voz alta por haber alterado el comportamiento del resto y Travis intentaba explicarle que él no tenía nada que ver y que ahora entendía ese cuento del lobo, pero no me terminó de quedar en claro porqué lo mencionaba. La cara de confusión que tenía mi amiga me hizo doler un poco el corazón y solo pude hacerle una señal de que estaba bien y que después le explicaba, aunque era obvio que iba a exigirme detalles y no la culpaba por eso, al menos tenía un poco de tiempo para pensar una buena mentira.

Una investigación por BethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora