Capítulo 9

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Era un sábado por la noche, habían pasado cinco días desde lo ocurrido en Hunter and Teddy y con Frederick aún no habíamos conseguido información consistente sobre Lexi o el supuesto tercero misterioso involucrado al que me gustaba referirme como ...

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Era un sábado por la noche, habían pasado cinco días desde lo ocurrido en Hunter and Teddy y con Frederick aún no habíamos conseguido información consistente sobre Lexi o el supuesto tercero misterioso involucrado al que me gustaba referirme como A, pero al amargado de Frederick no le gustaba en absoluto, al parecer no había visto Pretty Little Liars.

Ahora, sentada en mi escritorio mirando las publicaciones que habían hecho en la fiesta de Phoenix, estaba buscando algún indicio de algo fuera de lo normal. Una parte de mi mente me estaba diciendo que no era capaz de ver el panorama completo, que Lexi tal vez no era la culpable que estábamos buscando y Emily tenía razón, solo era víctima de alguien más, pero otra parte me decía lo contrario y me obligaba a mantener los ojos fijos en la pantalla de mi computadora para buscar pruebas de que tenía razón, al parecer mi cerebro se podría definir como el angelito y el demonio que muestran siempre en las caricaturas.

—¡Cassie está aquí! —gritó mi mamá desde la sala.

—¡Dile que suba, por fis! —respondí elevando mi tono de voz para que fuera capaz de escucharme.

Cerré la pestaña con el perfil de Lexi, borré el historial de la computadora y la apagué para no levantar sospechas, si bien Cassie estaba lejos de ser alguien de quién pudiera desconfiar, no quería que se enterara que estaba investigando. Últimamente habíamos estado un tanto distanciadas, ella era consciente que yo estaba haciendo lo del caso a escondidas y se lo estaba ocultando, pero tampoco me exigia que le diera detalles al respecto, al parecer habíamos llegado a un acuerdo tácito en que este era un tema prohibido que solo generaba discusiones entre nosotras y eso era lo que menos queríamos.

El viernes, después de que le dijera que no podía salir ese día porque iba a estar ocupada por culpa de la investigación, me había obligado a hacer una pijamada y como no me sentía cómoda rechazandola terminé por aceptar. Después de todo, una noche de descanso no le hacía mal a nadie, por lo menos esperaba que Frederick se pusiera las pilas y encontrara algo, porque quién más estaba trabajando en esto era yo, la débil.

La puerta se abrió de repente revelando la figura de mi amiga, Cassie venía con una bandeja en sus manos y con su enorme mochila rosa flúor en su espalda, lucía bastante emocionada.

—Traje todo para que esta pijamada sea perfecta —dijo colocando la bandeja con comida que le había dado mi mamá sobre la mesa del escritorio, luego se quitó la mochila y la tiró sobre la cama.

—Es lo mismo que siempre hacemos, con la diferencia que te quedas a dormir —mencioné agarrando una galletita de chocolate, pero mi comentario no le había hecho bastante gracia, se estaba aferrando a las mangas de su camiseta con más fuerza de la necesaria.

—No me maté buscando cosas para hacer por nada, Bethany —protestó colocando sus manos en la cintura, como una mamá a punto de regañar a su hijo—. Casi nunca hacemos esto, quiero que te enfoques.

Una investigación por BethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora