Durante toda su estadía en la secundaria Beth era opacada y comparada con su hermana mayor, la "perfecta" Hellen Cooper, quien había causado sensación en el pasado debido a su gran inteligencia. Es por eso que sus ganas por entrar al periódico escol...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¿Y si jugamos una carrera hasta ese árbol aunque sea? —pregunté señalando hacía la esquina de enfrente, intentando que sus ojos se enfocaran en el pino que no estaba muy lejos de nosotros, pero por la forma que había arrugado su nariz entendí que no lo había convencido.
—¿No puedes solo quedarte quieta? —dijo mientras colocaba sus manos en los bolsillos de sus pantalones caquis sin siquiera mirarme.
Caminar en silencio era aburrido, no entendía cómo me había dejado llevar por él y su mentalidad ecológica, pensando que iba a ser capaz de caminar alrededor de nueve cuadras en su compañía para ir en busca del Troy Bolton versión arruinada.
—Dijiste que somos amigos —le recordé pateando una piedra que se encontraba en el suelo.
—Si, amigos, no tu esclavo —replicó con descaro—. No voy a hacer cosas que no quiero solo para hacerte feliz.
Podía usar la estrategia de la cámara, pero ya lo había intentado un par de cuadras antes y no había funcionado en lo más mínimo, así que solo quedaba la opción de rendirme.
—¿Sabes? No conozco casi nada sobre ti —mencioné evitando la mueca que había puesto en su rostro apenas me escuchó abrir la boca.
—¿Y qué pasa con eso? —cuestionó con poco interés—. No pensé que te interesara mi vida, a mí no me interesa la tuya.
—Que amable de tu parte —murmuré rodando los ojos—. ¿Tienes hermanos? ¿Algún amigo además de Tyler?.
—Tengo dos hermanastros y si, por supuesto que tengo amigos —respondió sin protestar—. ¿Algo más?.
—¿Por qué quieres regresar a la escuela? ¿Es por Abigail?.
Esa pregunta solía aparecer en mi mente cuando recordaba el momento en que nos conocimos, no entendía su necesidad de querer ser mi compañero cuando claramente pudo investigar él por su propia cuenta, además de que tampoco entendía por qué quería regresar a un lugar en donde no solo lo habían expulsado, sino también humillado. Conociendo su personalidad el único motivo coherente que aparecía en mi mente era venganza, pero tampoco pensaba que sería capaz de desperdiciar su tiempo en cosas como esas.
—¿Por qué regresaría por Abigail? —cuestionó volteando a mirarme.
—¿No golpeaste a Mark por su culpa? —pregunté confundida.
—No, lo golpeé porque sabía que la gente pensaría eso y no sería sospechoso que un chico que no tiene nada que ver con esa escuela esté ahí golpeando a la gente —respondió con obviedad—. Pensé que ibas a darte cuenta, supongo que subestimé un poco tu inteligencia.
—No empieces a decirme débil otra vez —protesté intentando darle un empujón, pero sus pies estaban clavados en el suelo y no fui capaz de lograr que se moviera—. ¿Entonces por qué quieres volver?.