Capítulo 11

1.6K 257 53
                                    

No quería creer que Frederick había hecho eso a propósito, pese a que una parte de mí estaba recordando las miles de veces que había insultado a mi cámara

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

No quería creer que Frederick había hecho eso a propósito, pese a que una parte de mí estaba recordando las miles de veces que había insultado a mi cámara. Pero aún así ver en el suelo lo que más quería en este mundo completamente destruido me rompía el corazón.

No habíamos dicho mucho después de eso, solo busqué la mejor excusa posible y huí del lugar a encerrarme a mi habitación como una niña pequeña mientras le preguntaba a mi mamá sí mi pequeña hija tenía arreglo, pero spoiler: la cámara era demasiado vieja inclusive para que siguiera funcionando. Después de todo era algo que había visto venir, había sido un regalo de mi abuela hacía años cuando todavía estaba en primaria, la única persona en este mundo que realmente apoyaba mis sueños y podía ser capaz de verme como alguien alejada de Hellen.

—Beth, un chico quiere verte —avisó mi hermana como si hubiera escuchado mis pensamientos.

—No estoy para nadie —dije ocultando mi rostro bajo las sábanas.

—Tarde, ya está subiendo —replicó mi hermana levantando la ropa que estaba tirada en el suelo para colocarla sobre mi cama—. Aunque sea arréglate el cabello.

—No estoy de humor, idiota, dile que estoy durmiendo —me quejé arrojandole una de mis almohadas a su cara, pero ella la atrapó en el aire.

—No puedo creer que te hayan dejado faltar a clases por esto —murmuró negando con la cabeza mientras me miraba con obvia desaprobación.

Habían pasado dos días desde el sábado, la muerte de Beth Junior, aunque creo que la palabra que mejor concuerda es asesinato. Pese a la exageración de Hellen solo había faltado un día a clase y porque mi papá lo había sugerido, yo ni siquiera llegué a insinuarlo, por lo menos mi familia entendía lo cercana que era a mi abuela y el enorme significado que tenía esa cámara para mí.

—¡Perdí algo muy preciado! —afirmé mientras abrazaba con fuerza uno de mis animales de felpa en un intento de calmar mi ira.

—Una cámara es algo material, reemplazable, no seas tan exagerada y ahorra para comprarte otra.

—Solo vete y dile a mamá que no quiero recibir a nadie —protesté arrojando otro almohadón hacía su rostro, pero sufrió la misma consecuencia que el anterior.

—Arréglate un poco, pareces una vagabundo.

Hellen abandonó mi habitación y en lo único que podía pensar era en que tenía antojo de torta de chocolate, el postre de la tristeza. De todas formas, seguí su consejo y me senté en la cama a peinar un poco mi cabello con mis dedos para luego sujetarlo en un moño desarreglado.

Por más que intentara hacerme la idiota y suponer que el chico que había venido era Tyler para hablarme sobre algún lugar de tacos nuevo que había abierto por aquí, podía contar a mis conocidos con los dedos de mis manos y nadie más que Frederick tenía razones para venir a verme un lunes por la tarde. No tenía demasiadas ganas de verlo, no porque lo odiara, sino porque no tenía ganas de lidiar con él exigiendo que dejara de actuar como una niña y volviera a concentrarme en la investigación, y si bien tenía toda la razón para criticarme al igual que Hellen, ninguno de los dos estaba comprendiendo que no perdí una cámara cualquiera, perdí algo de mi esencia, algo que me hacía no solo ser yo misma, sino que me recordaba a la persona que me había alentado a serlo.

Una investigación por BethWhere stories live. Discover now