Capítulo 5.

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—Missy, preciosa, despierta. -escucho que alguien me llama a lo lejos. Me remuevo en mi cama, y hago un sonido de queja. —Levanta ese trasero, Missy.

—Mmm. —es el único sonido que logre emitir.

—Vamos a trotar, linda. -escucho decir a Scott.

Agarro la sabana y me tapó de pies a cabeza.

—No quiero. —digo, sonando como una niña. —Duerme conmigo. Palmeo el lado de mi cama, indicándole que se acueste a mi lado.

—Tentandor. —dice el. —Pero quiero que trotes conmigo.

Me doy por vencida y dejo escapar un quejido. Bruscamente me deshago de las sabanas y me levanto de la cama. Scott me sonríe de oreja a oreja.

—Buenos días, hermosa. —Saluda, se acerca a mi y deposita un beso en mi frente.

—Buenos días. —digo a regañadientes.

Me meto en el baño y empiezo a darme una ducha. Pego un pequeño grito cuando siento el agua fría tocar mi piel, puedo escuchar la risa de Scott. 

Pensaba que dormiría hasta tarde hoy porque entro más tarde a la universidad, pero a Scott se le ocurren ideas, como ir a trotar a las cinco de la madrugada, hora a la que cualquier persona normal quisiera estar durmiendo. Pero mi novio quiere ir a trotar, y yo a regañadientes, lo complazco. Trotar no es lo mio, ir al gimnasio me parece más productivo.

Salgo con frio del baño y delante de Scott, sin pena alguna, me cambio a mi ropa de deporte.

—¿Cómo es que no trotas y sigues tan sexy? —pregunta Scott, acomodándose en mi cama.

—Hay un gimnasio en la universidad. —respondo, mientras busco mis zapatos de deporte. —Voy todos los días en mi hora de descanso.

—¿Sola? —pregunta, y noto celos en su voz. Ruedo los ojos y me siento en la cama para colocarme mis zapatos.

—No, voy con Rami, después de eso te soy infiel con el. —digo, y el sarcasmo sale a flor de piel.

—Eso no es gracioso.

—No buscaba ser graciosa. —respondo. Amarro los cordones y estoy lista. Me acerco a Scott y le doy un pequeño beso en la nariz. —Voy totalmente sola.

Estoy lista para salir del cuarto, pero siento que Scott me hala del brazo, pegandome a el. Hay una sonrisa en su cara.

—Más te vale. —dice, y estampa sus labios en los míos, dándome un gran beso mañanero, lo recibo con gusto, Scott coloca sus manos en mi trasero y deja de besarme. —Porque eres solamente mía.

Y después de dos años, esas palabras siguen derritiendome cada vez más.

Cuando bajamos Scott me da dos barras de cereal para no tener el estomago vacío mientras tratamos. Nos despedimos de mi madre y salimos de casa. Las cosas con mi madre siguen igual, un poco más calmadas, nos hablamos solo para saludarnos o para decirme que la comida está lista. A veces para decirle que saldré y sepa donde estaré.

Empezamos a caminar mientras como mi barra de cereal. Apenas termino empezamos a trotar, en diez minutos ya estamos en la cuadra de Scott, que queda a solo dos cuadras de la mía.

—Vamos a llegar hasta el parque, preciosa. —avisa Scott. Abro mi boca y suelto un quejido.

—El parque está muy lejos. —suelto quejándome.

—Muévete, Missy. —dice, me guiña un ojo y empieza a trotar más rápido. Trato de seguirle el ritmo, y cada vez se me hace más fácil. Al cabo de cinco minutos ya estoy al lado de Scott.

BAD GIRL, GOOD LIPS. Forever.Where stories live. Discover now