Capítulo 22.

759 59 12
                                    

Me alegro mucho de haber decidido tomar una siesta con Scott en vez de ir a casa de Abby, es la mejor siesta que he tenido desde hace mucho. Agradezco a Scott por convencerme de dormir con él un rato.

Nos acabamos de levantar y estamos tirados en su cama, abrazados. Esto se siente muy bien. Estoy muy feliz y tranquila de que Olivia se haya alejado de nuestro camino, temí por un momento que Scott se dejara influir de su falsa inocencia y eso acabara con nuestra relación. Sé perfectamente que algo como eso era muy poco probable, pero aún así esos pensamientos eran inevitables para mí. Olivia logró por un momento que Scott me creyera infantil por la broma que le jugué, pero definitivamente mis razones estaban justificadas.

—¿Quieres bajar y comer algo? —me pregunta Scott, sacándome de mis pensamientos. Le doy una rápida sonrisa. La verdad es que estoy muy a gusto en sus brazos.

—No. Quiero pasar más tiempo así. —le respondo. Scott empieza a darme pequeñas caricias en mi espalda.

—Creo que también quiero lo mismo. —dice con una sonrisa coqueta en su cara. Sus manos empiezan a bajar justo a mi trasero y me da un gran agarre que hace que me mueva un poco. Suelto una pequeña risa.

—Me refiero a quedarnos acostado sin hacer nada.

Scott parece ignorar lo que acabo de decir, porque su agarre en mi trasero se intensifica. Okay, el hombre sabe cómo prenderme. Trago un poco de saliva.

—Scott... —sentencio. —creí que estabas cansado. Él empieza a acariciar mi trasero.

—Antes de dormir, pero ya descansé.

Dicho esto, Scott busca la manera de subir mi cuerpo hasta hacer que quede encima de él.

—ahora quiero hacer algo más. —dice y captura mis labios en un beso.

Siendo honesta, mi mayor temor en las relaciones es que mi pareja se aburra de mí o viceversa. Es triste ver cómo pasa en muchas relaciones y definitivamente siempre me ha dado miedo que me pase a mí también. Las parejas se cansan del mismo sexo, de los mismos labios y por último, de ellos mismos. Odiaría que eso me pase alguna vez.

Para mi fortuna, con Scott nunca ha sido así. Cada beso se siente como el primero, y debo decir que nos besamos mucho. Pero siempre el sentimiento es precioso, genuino, como si fuera nuestro primer beso. De alguna manera nunca me aburro de sus labios, y claramente, nunca me aburro de Scott. Cada momento a su lado es único para mí.

Le sigo el beso, porque seamos honestos, quiero lo mismo que él en estos momentos. Así que me acomodo para quedar sentada encima de él y recibo gustosa una gran erección. Todo está apunto de ponerse muy interesante. Me muevo un poco por encima de él mientras sigo besándolo.

Scott cierra los ojos y deja escapar un suspiro.

—Suzanne... —dice aún con sus ojos cerrados. —me enloqueces.

Sonrío con victoria. Decido que mi camisa está molestando, así me la quito y quedo solo con el sostén. Él de inmediato coloca sus manos en mis senos, primero los acuna y aprieta un poco, luego se encarga de quitar mi sostén y rápidamente captura uno de mis senos en su boca, su lengua empieza a jugar.

Inclino mi cabeza un poco y empiezo a respirar con dificultad. En definitiva él también me enloquece.

Me deshago rápidamente de su camisa, y en un movimiento él hace que esté debajo. Vuelve a capturar mis labios mientras con sus manos juega con mis senos. Por inercia abro mis piernas, pidiendo más de él.

Él suelta mis labios, para bajar y deshacerse de mis pantalones y bragas, dejándome sin nada. Él alza su mirada y da una hermosa sonrisa, lo miro divertida.

—Me encantas. —dice sin dejar de sonreír. Empieza a acariciar mis piernas, subiendo y bajando por ellas, pasando la yema de sus dedos cerca de mi entrepierna. Está jugando, torturandome.

Baja un poco a mi pierna derecha y empieza a dar pequeños besos, sube y baja y deja pequeños besos. En ocasiones muerde un poco y pasa su lengua. Creo que voy a explotar.

Yo agarro su cabello con mis manos y disfruto de su juego. Abro mis piernas porque necesito de él, pero Scott ha decidido que quiere jugar. Deja un pequeño beso en mi entrepierna y yo creo que estoy temblando.

Scott introduce un dedo en mí y empieza a moverlo lentamente. Me estoy muriendo, dios mío. Luego introduce otro dedo y su movimiento se hace más rápido. Necesito agarrar la almohada con mucha fuerza y apretar con fuerza mis dientes, no tengo idea de si sus padres están en casa, pero definitivamente no quiero que me escuchen gritar.

Scott deja de jugar con sus dedos y sube nuevamente a mis labios. Mis piernas siguen abiertas pidiendo más de él. Necesito más, quiero más.

Él parece entenderlo, porque se deshace de su ropa interior y de su bóxer y ahora ambos estamos sin nada. Pero quiere seguir jugando.

Bajo su mano y empieza a dar masajes por encima de mi entrepierna, masajes que solo son una tortura.

—Scott... —gimo su nombre.

—¿pasa algo, preciosa? —dice inocente, mientras sigue acariciando lentamente.

Esta vez no logro decir nada.

—dime, preciosa, ¿quieres algo? —sigue haciéndose el tonto. Dios.

—a ti... —es lo único que logro articular.

Scott sonríe malicioso y deja de acariciar. Ahora se posiciona encima mío, abre mis piernas y lentamente empieza a introducirse en mí. Aguanto con todas mis fuerzas para no gritar. Pero se queda quieto. Joder, Scott.

Afortunadamente después de la ida al ginecólogo, empezamos un plan de cuidado que hasta ahora ha funcionado bastante bien.

—¿a mí me quieres, hermosa? —pregunta. Yo solo logro asentir. —¿solo a mí?

Vuelvo a decir que sí con mi cabeza.

—Soy todo tuyo, Suzanne Fitzgerald. —dice él. Y de alguna manera esas palabras hacen que me enloquezca más. Dicho esto, empieza a moverse cada vez más rápido.

Tengo que agarrar sus brazos con mucha fuerza, él agarra mi cintura y con sus movimientos no tiene piedad. No quiero que haga todo el trabajo, así que me me empiezo a mover con él. En estos momentos parece que somos uno solo, no podemos nisiquiera distinguir el sudor de cada uno. Scott sigue moviéndose, cada vez con más intensidad, creo que su espalda está sufriendo las consecuencias de mis largas uñas.

Después de muchas embestidas puedo sentir cómo ambos estamos llegando a la cúspide. Soy la primera en experimentar el orgasmo y luego de un minuto, Scott experimenta el suyo. Deja caer su cuerpo a mí lado y ambos soltamos un largo suspiro.

Scott agarra mi mano y empieza a dar pequeños besos en mis dedos.

—Descansemos un rato, porque quiero más. —dice. No puedo aguantar reír fuerte.

—Siempre puedes tener más. —le hago saber.

Nos quedamos un rato tirados y unos minutos después empezamos un segundo round.

Yo lo dije, nunca me aburro de Scott.

Creo que siempre necesitaron un capítulo así. :)

Vous avez atteint le dernier des chapitres publiés.

⏰ Dernière mise à jour : Nov 09, 2020 ⏰

Ajoutez cette histoire à votre Bibliothèque pour être informé des nouveaux chapitres !

BAD GIRL, GOOD LIPS. Forever.Où les histoires vivent. Découvrez maintenant