Capítulo 14

2.3K 247 77
                                    

Harry tocó la puerta y después de secarme el sudor, salí.

Él sonrió cuando me vio. Tan tierno.

¡Buenos días! ¿Cómo estás? —preguntó mientras yo cerraba la puerta, las muletas me impedían hacer de todo.

Muy bien, ¿y tú?

—Bien, gracias —volvió a sonreír. Me invitó a montarme en el asiento del copiloto y luego dio la vuelta para sentarse él en el del piloto y luego pasó las muletas hacia atrás—. ¿Emocionada? —prendió el carro y empezó a conducir.

Sí, no lo soportaba más.

—Me alegro ver que estás mejor. No puedo creer las cosas que ha pasado contigo desde que me conociste.

—No te creas tan importante, no es por ti.

—No, lo sé. Digo, a veces sigo sintiéndome culpable.

—Pensé que lo habíamos superado —me coloqué el cinturón—. No sé si te lo dije pero mi suerte es la peor.

—Primero te caíste por mi culpa, en el concierto —alzó un dedo—. Luego te dejé plantada en un puesto de comida, allí te sucedieron varias cosas y ahora, terminaste enyesada por mi torpeza.

—No me tuve que haber alejado.

—Nos estabas buscando. Fuiste la víctima, deja de culparte.

—No, tú te estás culpando.

—¡Fue mi culpa!

—Está bien. Lo fue —suspiré—. Si esto te hace sentir mejor, está bien.

—Gracias —sonrió. Luego tardé en hablar.

¿Que te quiten el yeso duele?

—Todo lo que tenga que ver con doctores duele.

—Ja weno.

Llegamos al hospital luego de varios minutos, el proceso fue algo rápido. Nos dijeron que tenía que esperar algo rápido a que el doctor se desocupara, luego me hicieron pasar a su consultorio, él habló más de lo que hizo porque el tipo era pana. Entonces me pasó una sierra por mi pié y pensÓ EN PONERME UNA FÉRULA. Pero al final no, luego me cambié de zapatos. Me dijo que aún tenía que cuidarme de la alergia porque en cualquier momento podría volver y quizás sería peor, pero había mejorado.

Entonces le di las gracias y salí, Harry seguía allí y me acerqué.

Esos zapatos, última moda —dijo y se levantó.

Por gente como tú ya yo no puedo ir con pantuflas por la vida —rió.

¿Se siente bien?

—Precioso. Ya olvidaba lo mucho que amaba mi pierna, es la más linda.

—Precioso... ahora podrás dormir mejor.

—Será fantástico, Harry. Me siento como una chama nueva, con un tobillo.

—Siempre lo tuviste.

Cállate Harry giré los ojos. Todos se burlan de mi.

Cállame —rió.

¿Cómo debería de tomarme eso? ¿No es que éramos amigos? ¿Mi mamá tenía razón? ¿Cuadre? ¿Amigos? ¿Desconocidos?

Se me paralizó todo.

Prima venezolana »h.sWhere stories live. Discover now