Capítulo 32

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No podía dejar de pensar que estaba soñando porque tenía a Harry sentado a mi lado y hablándome con la misma emoción de siempre. Ya no sabía cómo llamarnos, pero dejemoslo en amigos. Muy amigos. Mejores amigos.

Siempre supe que Latinoamericana es otro mundo. Muy diferente a Europa y América. Es... sorprendente —dijo decidido y bebió del agua.

Y más Venezuela. Decidiste venir en los peores momentos —reí sin ganas—. Pero no sabes cuánto me alegro de verte cara —él sonrió.

Yo también.

Lo quedé mirando, como siempre lo hacía por andar viendo el verde de sus ojos, y como siempre, él nunca desvía la mirada.

Luego de segundos, caí en lo que estaba haciendo y desvíe la mirada a mis pies.

Me encontraste en mis mejores pintas —reí—. ¿Hasta cuándo te quedarás? Lo digo para ver a dónde te puedo llevar y...

Me encantaría quedarme y conocer. Pero nos tenemos que ir hoy —fruncí el ceño.

¿Nos? —dije confundida y él asintió.

Yo vine por ti y crucé océanos y un continente para verte. No me puedes dejar ir sólo —se inclinó a dejar el vaso en la mesa y luego me sonrió—. ¡Por cierto! Tengo un pequeño regalo para tí —dijo emocionado y revisó su bolso.

¿Cómo que viniste por mí? —pregunté aún confundida y me entregó una caja envuelta en papel de regalo y con un moño de papel pegado a ella. Sonreí—. Harry, necesito que me respondas.

Primero, abre la caja.

Le quité el moño y luego el papel. Quedé en shook.

Le había dicho la cámara que siempre había soñado tener, y aunque no era la más nueva, siempre la había deseado tenerla entre mis manos y ahora estaba pasando.

La maldita cámara que siempre deseé.

Lo mire con una sonrisa súper grande, creo que de aquí a la luna se me notaba la felicidad.

-¿Te gusta?

—Ya sabes la respuesta —sonreí abriendo la caja—. Yo... Oh, Dios -suspiré—. Gracias por... todo —lo miré y él sonrió—. Eres un amor.

"Eres un amor". Siempre lo decía para no decirle "I love you", en inglés significaba lo mismo y no sé cuánto tomaba decirlo y lo que podría significarle.

Aunque una vez lo hice. Pero es diferente, pana.

Mi mamá salió del cuarto con una sonrisa.

—Sabías, ¿verdad? —la miré y sonreí— ¿Ella sabía de esto? —le pregunté a Harry.

Fue la primera en enterarse.

Mire a mi mamá con una sonrisa y la abracé.

—Explicáme. ¿Me voy a Londres?

—Con todo y cobijas —rió y besó mi cabeza—. Te amo demasiado, Valentina.

—¿Cómo lo sabes? O sea...

—Elisa me lo dijo. Fue duro al principio aceptarlo, pero me di cuenta que tienes que usar las alas que tienes.

Mi mamá cree que ella parió a un pegaso.

—Tengo que arreglar maletas —murmuré y me alejé de ella—. Un pegaso necesita muchos cuidados.

—¿Te pica ese culo?

Prima venezolana »h.sWhere stories live. Discover now