Capítulo 22

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Era primero de enero del año 2016, mi mamá e Iris estaban en la calle siempre ellas de callejeras, Elisa estaba conmigo en la casa. Ese día era el día en que Harry "volvía" del yate con la fabulosa y frutideliciosa de Kendall y me dijo que lo esperara en la casa.

Estaba dando vueltas círculos al frente de la puerta, esperándolo mientras que Elisa sólo veía su teléfono en el mueble.

—Chama, quédate tranquila que ahora seré yo quien lo de un paro aquí.

—Si es verdad, tengo que relajarme —el timbre sonó— Chama y ¿ahora qué hago? ¿Salgo o no salgo?

—Coño, salí.

—Sí va, sí va, sí va, voy a salir —abrí la puerta, pero no era Harry.

Eran unos niños exploradores, vendiéndome unas galletas.

No, vale, chao —cerré la puerta.

—Viste como sois vos. El Harry llega y...—

—Era un chamito vendiendo galletas.

—Chama, yo quiero.

—Ya se fue —me eché en el mueble.

—Te toca esperar.

Pasaron horas y horas y Harry no llegaba, bueno pero pana así no se puede progresar.

Volvieron a tocar la puerta.
Madre Santa.

Abrí y era un niño gordo, pequeño y con una gorra de explorador.

Hola, soy Ian de la patrulla de exploradores 158, ¿hay algo en lo que la pueda ayudar? Señora —se parecía igualito al carajito de up.

No y no soy señora, gracias —cerré la puerta.

Hay patria, eran las cuatro de la tarde y Harry no había llegado.

Lo odio.

—Te estan llamando chama —dijo Elisa.

Me entró un impulso nervioso. Era Harry marica, Harry.

—¿Aló? —dije.

Hola, Valentina, ya llevo tiempo en Londres y ahora voy para tu casa, ¿me esperas?

—corté por impulso—. Chama, Harry viene.

—Aja, y ¿que queréis que haga? ¿Aplaudo? Yo me voy a quedar aquí, ustedes peleen allá. Lejos de mi.

Harry llegó a los quince minutos y yo aun seguía temblando.

Recuerdo que la única relación que tuve seria fue con un tipo hermoso y la única vez que peleamos yo me reía de él.

Cortó conmigo porque no era seria.

No tiene nada que ver con Harry pero era para que se rieran de mi.

Decidí hablar luego de dar un suspiro.

Supongo que viniste para hablar... no vamos a hacerlo peor. Dime la razón por la cual te atreviste a mentirme en la cara.

Perdón, estuvo mal mentirte pero pensé que jamás entenderías si te lo dijera y seguro ahora mismo tampoco lo entenderás.

Me mentiste, eso no quita nada.

Valentina... me duele que estés así por mi culpa, perdón.

—Ay chiama, veis lo que te digo. Ese tipo es bello con vos —se metió Elisa, no entendí pero chevere.

Nos quedamos en silencio hasta que Harry habló.

Vamos a la cafetería, para hablar mejor.

Asentí, nos levantamos del mueble y salimos. Cuando fui a cerrar la puerta Elisa gritó.

—¡Amo Made In The A.M con mi vida, weBON!

Es el momento en el que agradezco que el español de Harry sea nulo. Cuando fuimos a cruzar una calle él agarró mi mano y a mi se me cayó el mundo.

Llegamos a la cafetería, Harry pidió un café negro para él y uno con chocolate para mi porque sabe que me gusta. Lo sabe, lo sabe, lo sabe.

¿Cómo lo sabe?

Valentina, yo quería decírtelo, pero son cosas que me obligan a hacer. Estaba a nada en llamarte y...

—Ni respondiste mis mensajes.

Lo sé, perdón, pero... dame una oportunidad, para empezar de nuevo o empezar algo nuevo...
—agarró mi mano por encima de la mesa y yo me puse de todos los colores.

Me acorde de lo que me decía Iris y mi mamá, ¿qué iba a saber yo que Harry pretendía esas cosas siendo yo una carajita con unas hormonas incontrolables?

De todas maneras, no sabía exactamente qué quería.

Ni sé a lo que te refieres.

Claro que sabes.

—Basta, somos amigos y los amigos no se miENTEN.

—Está bien —sonrió y ladeó la cabeza.

¿Entre nosotros también? —dije en un tono preocupado.

Claro que sí —empujó mi hombro y rió.

Hello amiguis tienes que pensar que como nosotras nadie puede fascinar.

Prima venezolana »h.sWhere stories live. Discover now