死了

night.

Iba de regreso a mi refugio con un coreano montado en mi espalda probablemente herido de gravedad, todo era sumamente silencioso; ningún gruñido, ninguna ave cantando, era como si el mundo se hubiera callado por un momento, como si realmente quisiera que salvará a ese sobreviviente e incluso podía escuchar su respiración lenta y pausada, casi inaudible. Es como si gracias a él, pudiera sentir la paz que desprender de vez en cuando la tierra.

En la lejanía, puedo notar mi refugio. Entre por la puerta principal para después cerrarla tras de mí, encendí las luces para después dejar mi protegido en un sillón cercano a mi, cerré puertas y ventanas. Puse las protecciones de metal sobrepuestas de estás para así terminar de encender las luces, en mis adentros sabía que esos reflectores solares servirían de algo.

—¡Erick! —grite finalmente esperando a que el mencionado llegara.

En un par de segundos se escucharon pasos acelerados bajando de la escalera.

—¿Qué sucede?

Pregunto cuando por fin estaba en la sala principal, compartimos miradas un par de segundos: de un movimiento leve de cabeza le señale al coreano. Sorprendido se acercó rápidamente para examinarlo.

— Él está bien —agrego después de unos minutos— solo perdio sangre lo cual hizo que cayera inconsciente.

Erick del cajón saco un pequeño botiquín. Comenzando a curar al desconocido.

— ¿Calíope?

Aparte mi mirada del herido, ahora viendo a mi viejo amigo.

[ N/A: dejen su cabello de emo, Jordan es hermoso ]

— ¿Te encuentras bien? —continúa.

Antes de poder contestar unos pasos atrás de nosotros nos hacen girarnos.

—Claro —respondi observando a Ana—¿Qué tal si preparas la cena mientras ayudó a Erick? —le pregunte a la pequeña niña.

Ella observo de reojo al coreano para luego observarme a mi; trago saliva asintiendo corriendo a la cocina.

—Termine —avisa el médico— pondré la mesa y algo para cuando despierte.

Abandono la sala dejando una silencio ensordecedor, dando un suspiro tome nuevamente al coreano con dirección a la habitación de huéspedes. Al subir las escaleras note como algo de su bolsillo cae al suelo haciendo que suene en hueco: frunci mi ceño confundida pero aun así seguí caminando dejándole en una cama, acomodándolo, regrese donde hace unos momentos se había caído algo: un reloj.

Guarde el objeto en mi bolsillo para después caminar al baño tomando una cubeta de agua, y un pañuelo regresando a la habitación donde hace minutos había dejado al desconocido. Me dedique a limpiar su rostro lleno de sangre y suciedad.

Al terminar deje todo en un mueble cercano, tome mi arma sentándome en el borde de la ventana, dispuesta a vigilar toda la noche.