08 Burn

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Capítulo 8

Aiden

Entre más pasaban las horas más bajaba la intensidad del dolor de los latigazos, pero me comenzaba a afectar la nieve puesto que ahora estaba nevando más, aunque los lobos somos resistentes a cierta condiciones no somos inmortales y existe un punto donde a nosotros comienza a afectarnos también.

Estaba temblando cuando percibí un aroma, Max estaba aquí.

No supe cuando se acercó a mi, solo sentí cuando tomo mi cabello y me elevo a lo más alto que la cadena permitía.

—sé que mi padre envió a Leandro a darte una lección, pero no me pude quedar tranquilo sabiendo que tú estupidez se interpuso en el día más importante de mi vida, asique tuve que venir a hacerme cargo de ti, pedazo de mierda –dicho eso me dejo caer, al tocar el suelo oí un sonido fuerte salir de mi brazo.

—parece que a alguien se le quebró el bracito –escuche su voz.

—si de mí dependiera ya te hubiese cortado esas manos, no sirven para nada, porque todo lo haces mal –dijo y me dio una patada.

—debería darte una paliza para que aprendas a hacer lo que debes –gritó, logrando que me estremeciera.

—n-no po-por favor, lo s-siento–dije entre lágrimas, había recibido demasiados castigos juntos, apenas me estaba reponiendo de la paliza que me dio el alfa hace cuatro días y ahora esto.

Él se rio fuerte y me dio una patada, yo comencé a escupir sangre.

—hoy mi compañero me va a elegir y quizá me largue de aquí, pero tú te vas a podrir en este bosque encadenado a este árbol, nadie va a querer nada contigo porque además de ser un inútil esclavo también eres omega y a nadie le gustan los seres como tú, estas en el lugar que te toca y así va a ser siempre, ¿estoy en el correcto?—dijo con rabia y odio.

—si se-señor, me lo me-merezco –respondí entre lágrimas y con la respiración entre cortada, mientras tocía y sentía el sabor metálico invadir mi boca.

—tú decides, ¿quieres cincuenta azotes o una obra de arte? –pregunto y eso solo logro que mi respiración fuese más irregular, tengo miedo y él lo sabe.

—responde miedoso que me tengo que ir a alistar para la fiesta de Noah –grito molesto y me sembró una bofetada.

Ni de broma iba a tomar cincuenta latigazos más, se me caería la piel de la espalda.

—la segunda opción, señor –murmuré en voz baja, casi inaudible como de costumbre.

—siéntate –demandó, yo a como pude mientras temblaba de frío y de miedo me acomodé.

Tener los ojos tapados cuando Max estaba cerca era algo que realmente me ponía los pelos de punta, él era impredecible. Sentí como su aroma se intensifico a mi lado, y luego olí un cigarrillo, con eso haría su obra de arte.

—vaya mi padre sí que te puso una buena paliza –dijo cuándo me quito la camisa, bueno hasta el cuello porque de ahí no pasaba por el collar.

Lo siguiente que sentí fue la parte caliente del cigarrillo chocar contra mi pecho, quemaba y dolía bastante, pero estaba muy acostumbrado como para soltar algún grito, los mas que hacía era muecas y pequeños gemidos cuando él lo hundía con fuerza en la carne.

Repitió el acto varias veces, hasta que por fin término, ahora ardía mi espalda y mi pecho también.

—termine, ¿como se dice?—preguntó.

The Broken Omega (Terminada)Where stories live. Discover now