Capitulo 2

2K 270 65
                                    

—Cabello morado y largo, vestido claro, lentes rojos... Si, ella es mi cita. —Hide sonrió, mirando a Kaneki casi con curiosidad esperando un comentario.

—Pues... —carraspeó un poco antes de continuar. —Si que es linda, pero aún no confío en eso de las citas a ciegas... Es decir, no creo que sea normal elegir a alguien que viva por aquí por internet y hacer una cita sin saber nada de la persona que estás invitando.

—... Pero si se cosas de ella. Se llama Rize, lee como tú... Me dijo que me vería aquí con un vestido claro y lentes rojos, ah, y que tiene el cabello morado. —Hide suspiró divertido al ver la cara de desaprobación de su acompañante y se paró de su asiento. «De verdad que no tiene remedio...» pensó el pelinegro mientras veía a su amigo levantarse. —Deberías de intentarlo un día, seguro que consigues a alguien que te guste mucho. Con permiso, ¡Nos vemos mañana! —Hide le sonrió a Kaneki y se fue con su "afortunada" cita a ciegas.

—Bien Kaneki, ahora debes regresar a casa. —se susurró el pelinegro a si mismo y se paró unos minutos después que su amigo –para no dar la impresión de que quería seguirlo y espiar su cita desde lejos–, y salió de aquél café, confiando en que todo saldría bien.

[Kaneki]

La calle estaba solitaria y comenzaba a atardecer, espero de verdad que a Hide le esté yendo bien en su cita. Toda la mañana estuvo hablando de eso aunque no sabía absolutamente nada de ella y más que contarme sobre Rize me estuvo diciendo lo que esperaba que a ella le gustara para ser una buena pareja funcional, parecía un disco rayado, pero era divertido.

Repentinamente comencé a sentirme observado, miraba a los lados y no había nadie, pero yo podía jurar que había un par de ojos clavados en cada centímetro de mi cuerpo, si tan solo pudiera saber de dónde venía esa sensación seguro encontraría el origen más rápido.

¿Me estaré haciendo paranoico? Eso creí por un segundo, pero al escuchar pasos apresurados como si alguien corriese directamente hacia mi, toda duda de mi estado mental se disipó. Me asusté como era de esperarse y, tal fue mi sobresalto e instinto de supervivencia que solté el libro que traía en manos, cayendo al piso de cemento.

Me volteé rápidamente con el corazón a mil por hora cuando los pasos repentinamente parecieron venir de detrás de mi y grité de miedo, esperando a que algún héroe pasase casualmente por ahí y al menos hubiera algún testigo si no salía de ahí con vida.

Mi grito poco a poco fue bajando de intensidad al reconocer una figura animal, que al parecer me vio como un candidato para que lo cuidase... Era solo un gato negro, pero que susto me llevé.

—Ah... Me habías asustado, pequeño. —me agaché, recogiendo el libro y acariciando al gato que maullaba ligeramente, mientras reía para mí mismo un poco nervioso por lo terriblemente humillante que pudo haber sido la escena si alguien de verdad me hubiese podido ver.

—Bueno, debo irme porque si no-... —de un momento a otro sentí unas manos tomándome del abdomen en manera de abrazo y levantándome del suelo, me asusté de nuevo y grité nuevamente olvidándome del ahora lindo pensamiento de que todo había sido falsa alarma. Cómo tenía el libro en la mano, esta vez golpee al extraño con el éste en la cara.

— ¡Ah! ¡L-Lo siento! —me disculpé rápidamente ayudando a Tsukiyama a levantarse del suelo, gracias al susto lo había golpeado demasiado fuerte.

—K-Kaneki-kun... —Tsukiyama pareció recobrar la consciencia, abrazándome muy fuerte al instante. — ¡Creí que te había pasado algo! ¡Me dijiste que llegarías a las 5! —chilló.

—Pero, Tsukiyama... Son las 5:03...

— ¡Exacto! ¡Tres minutos más tarde! ¡Me temía que te hubieran asaltado! ¡O incluso peor! —seguía gritando sin soltarme, estaba comenzando a asfixiarme. Yo también tuve miedo de que me asaltaran, ¡Pero solo eras tú!

—L-Lo siento... ¡Ya me estoy as-asfixiando! —forcejeé un poco y él me soltó, levantó el libro que utilicé para golpearle y me rodeó por los hombros con su brazo derecho, pegandome a él.

—Golpeando a gente en la cara con libros no te salvará, ¿Qué tal si yo era un delincuente y portaba una pistola o alguna arma letal? ¡Jamás me perdonaría que te pasase algo! Promete que serás puntual la próxima vez... —Tsukiyama me tomó de los hombros y me miró a los ojos, así que termine por suspirar y asentir con una sonrisa calmada, siempre tenía que controlar mis verdaderos sentimientos, debía ser amable.

— ¡Bien! Me alegra que lo hayas prometido, ahora vamos a casa. De noche hace frío y no quiero que te enfermes.

—Si, como digas, Tsukiyama...

Di otro leve suspiro y los dos caminamos de regreso a casa.

Te Comeré [Yaoi-Hideki] EN EDICIÓN.Where stories live. Discover now