El día de ayer había sido un día agotador. Al volver de la ciudad, lo primero que hice fue tomar una ducha para asi devolverle la temperatura normal a mi cuerpo. No solo estaba nublado, sino que empezó a nevar como si no hubiera un mañana y tuvimos que volver de inmediato a mi casa.
Hoy había quedado en ir al shopping con Jenny ya que el miércoles tenía un partido de Voley y necesitaba nueva ropa interior deportiva.
La bocina del auto de Jeny me sacó de mis pensamientos y corrí hasta la primera planta. Saludé a Nicolas con un beso y avisé a mi tío que me iría y que tendría que cuidar a mi hermano ya que Julian se había ido por la mañana a su casa.
Después de la conversación con Julian todo se tornó raro para mí. Cada vez que lo miraba, lo encontraba mirándome y sonriendo dulcemente. Se estaba portando como un caballero, y estuvo pendiente a mi a cada instante. En realidad estaba poniendo en marcha su plan para conquistarme, ahora había que ver por cuántos tiempo lo haría. Aquí la pregunta ¿a mi me agradaba aquello? Claramente si. Todas soñamos con que el chico que nos guste se convierta en un príncipe azul ¿Yo que haría al respecto? Nada, solo lo dejaría actuar y ver que es lo que tiene planeado, lo que si tengo en claro que por más que él me guste y adore sus palabras*esas que hacen que mi corazón lata mil por hora* no caería en sus redes, más allá de que sus sentimientos sean verdaderos.
-Hay unas cuantas tiendas deportivas, asi que tendremos una tarde movida- exclamó Jenny saliendo de su auto mientras yo la esperaba en la puerta del shopping.
-Listo- dijo una vez a mi lado.
Fuimos recoriendo el shopping. No solo entrábamos a las tiendas planeadas. No nos pudímos controlar y terminamos entrando a todas las tiendas disponibles.
-Ya tenemos todo lo que vinimos a buscar- dijo mientras nos sentabamos en un café dentro del centro comercial.
-Eso y otras cosas más- reí y tomé un sorbo de café -Mi padre me matará cuando llegue la cuenta- Jenny me miró y asintió con la cabeza. Ella no tenía problemas en comprar lo que quisiera. Sus padres se habían divorciado hace un año y estos para intentar comprar a su hija, lo hacían mediante el dinero. Lo que no sabían es que a Jenny el dinero es lo que menos le importa.
-He, parad ahí que él te ha dicho que podías comprar lo que quisieras- exclamó con una sonrisa cómplice.
-Ya lo sé. Esa será mi defensa- agregé riendo.
El móvil de Jenny sonó y esta de inmediato atendió y se dirigió fuera del local.
Me acomodé en mi asiento y miré a mi alrededor. No había muchas personas, claramente los únicos locos que saliamos con este frío eramos pocos.
Mi corazón empezó a palpitar rápidamente al reconocer a uno del grupo frente a mi, el cual me miraba serio. Era Paul, el idiota que quiso aprovecharse de mi en la fiesta de Francisco.
Miré dónde se había ido Jenny y ella ya no estaba allí. Mis nervios eran cada vez más notorios y mi mente pensaba todos los métodos para escapar de este lugar.
Dejé dinero en la mesa, tomé mis cosas y caminé lentamente hacia la puerta sin dejar de mirar por el rabillo del ojo a Paul. Este al ver mi reacción sonrió y se paró sin despedirse de sus amigos.
Empecé a caminar mas rápido hacia la salida. Ahora ya no había nadie quién pudiera defenderme si Paul me hiciera algo.
Al salir del café vi un grupo de adolescentes de mi edad vestidos de una forma rockera pero con estilo reunidos en la fuente de monedas que está dentro del centro comercial. Trataba de mirar a todos lados para visualizar a Jenny, pero ella no aprecía por ningún lado.
CZYTASZ
Mi niñero preferido
Dla nastolatkówEstaban enamorados. Se notaba por la forma en que se miraron entre si... como si tuvieran el secreto más maravilloso del mundo entre ellos...