Capitulo 39

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Sabrina lanzaba miradas pocas veces en tu vida puedes ver, pero si que te acuerdas de ellas para siempre.

Los padres de Bruno al verme llegar sonrieron placidamente y le comentaron a Sabrina sobre su nuera.Sabrina asentía como toda una dama, y en los momentos que ni Gustavo ni Maria le miraban, ella se encargaba de burlarse de mi y de mi horrible incomodidad.

Lo que me parecía raro era lo amigables que se mostraba la pareja, siendo que Sabrina era la culpable de la separación de sus dos únicos hijos.

Bruno, por otro lado solo la miraba con todo el rencor del mundo, pero a ella parecía no importarle.

Ahora la pregunta era por qué ella estaba allí, antes de lo acordado. Y como si tuviera un don extraño, la respuesta se presentó delante de mi de inmediato.

¡Cómo no me lo había imaginado! Francisco caminaba elegantemente hacia nosotros vestido con un traje azul oscuro y en su mano traía dos copas. Al verme allí se quedó inmóvil unos segundos, pero de inmedianto retomó compostura y se situó al lado de Sabrina, quien obviamente era su acompañante.

Yo por mi lado, quería que la tierra me tragase y que me transportara a alguna Isla del caribe y bueno... allí pasar el resto de mi vida bailando con unos algunos caribeños en la puesta del sol. Pero como la vida es muy injusta y desoladora, y el karma llega aunque no quieramos,ahora me veía parada en una situación incomodisima.

¿Cómo podía escapar de aquella situación tan incómoda?

Como la chica tan inteligente que soy, y como toda adolescente la única forma que encontré de salir de allí, para escapar de Francisco y Sabrina, era hacer sonar magicamente mi celular sin que me vieran.

Bruno me miraba mientras yo pensaba y solo sonreia, de seguro que sabía que estaba pensando en cómo librarnos de esto.

Habíamos quedado en convencer a sus padres sobre su banda, y así no podíamos hacerlo. No enfrente de aquellos dos individuos.

Magicamente mi celular sonó sin que yo haya movido un solo dedo asi que de inmediato y sin dudar atendí aquella llamada sin siquiera fijarme quién podía llegar a ser.

-Diga- exclamé mientras me alejaba de aquellas personas sin quitarles la vista de encima.

-¿Cómo va el plan?- preguntaron detrás de la línea.

-Mal- suspiré de mala gana -Sabrina se ha aparecido antes- la risa de Alex se escuchó detrás junto con la de Nicolas.

-Esa maldita- dijo Jenny -Vaya soltando el dinero- exclamó Alex, haciendo reír a mi no tan inocente hermano.

-¿Qué?- pregunté mientras observaba a Bruno. Gracias a Dios, Gustavo se había ido de allí, y Bruno ahora bailaba con su madre en la pista. Sabrina y Francisco habían desaparecido completamente de mi vista y eso no era bueno.

-Nada- gritó Alex -Oye estamos afuera de la casa de Julian. Cualquier cosa aprieta el botón de emergencias-

-¿De que botón hablas?-

-Del que está en tu vestido- contestó Nicolas. Bajé mi mirada hacia el vestido blanco y comencé a buscar discretamente, pero no encontraba nada.

-No lo encuentro- me quejé mientras seguía buscando aquel boton que podría llegar a salvar mi vida.

-Caiste- gritó Nicolas mientras se reía sin consuelo y la risa de Alex se unía a él burlandose completamente de mi. Suspiré para controlarme y no perder los hilos gracias a aquel infantil acto.

Mi niñero preferidoWhere stories live. Discover now