Confía En el Amor

Capitulo 58. Miranda De Montemayor

Miranda: cuando baje del coche todos se quedaron viéndome, ver sus caras de terror me dio tanta satisfacción, Santiago me tomo de la mano, desde esa vez que me propuso que fuera su esposa aunque sea de mentira se a comportado tan bien conmigo, no es que antes no lo hacía, sino que ya no lo hacía con tanto respeto, con más confinada y debo admitir que me siento muy bien con su compañía además de que adora a mi pequeña Renata, quien lo diría, su padre la rechazo desde el primer momento que supo de su existencia y Santiago, un desconocido la adora como si de su padre se tratase, el dice que es su pequeña guerrera.  Santiago y yo caminamos hasta donde estaba Ricardo, mi corazón empezó a latir como quisiera salirse de mi pecho, verlo de nuevo me provocaban tantas cosas, era como si quisiera sacar una daga y clavarla en su pecho y al mismo tirarme sobre el a besarlo, estaba tan confundida, es increíble que a pesar de todo siga amándolo, pero hoy sólo tengo una cosa clara, vengarme por cada una de las lágrimas que derramé por su culpa, claro que el no es el único, se que Hugo y sofia se pusieron de acuerdo para provocar todo esto, aunque no tengo como probarlo, pero el hecho de que Ricardo hubiese preferido no creer en mi que me entregue por completo a el, que me humillara de la peor manera, eso fue lo que me lastimo más, pero que haya atentado contra mi vida y la de su propia hija, me devasto por completo, estoy aquí justo para que el sufra lo mismo que yo, verlo arrastrandose  pidiéndome perdón y yo poderle decir "no" vi como los ojos de Ricardo se llenaron de lágrimas y dijo "Miranda, eres tu mi amor?!" Me lleno a un más de rabia, no puedo creer su cinismo, me trato de la peor manera y todavía se atreve a llamarme así.

Miranda: eh -dijo fingiendo asombro- si señor... -hizo una pausa para que el le diera su nombre-

Santiago: el es Ricardo, mi amor, el presidente actual de la constructora -dijo al ver que Ricardo no respondía-

Miranda: bueno... Mucho gusto señor Ricardo -dijo extendiendo su mano- si, soy Miranda, pero temo decirle que no soy su amor -sonríe con cinismo- soy única y exclusivamente amor de este hombre -dijo mirando a Santiago- este que me ama con devoción y sobre todo confía en mi ciegamente -aquello lleno de satisfacción a Miranda y aunque se negará a decir que no conocía a Ricardo, el y todos lo que estaban ahí en ese momento sabían que se trataba de la misma persona, si, estaba bastante cambiada, y no era en cuanto al cambio físico, sino su aracter, su mirada, ya no era la misma, era dura, fría. Cuando Miranda dijo eso Ricardo sintió como su mundo se caía a pedazos, no había nadie que le dijera que esa no era su Miranda, quería abrazarla en ese mismo instante, la creyó muerta, el no aguanto más y salió corriendo de ahí y Aitana fue tras el-

Miranda: pero que grosero -dijo cuando Ricardo se fue-

Hugo: me pueden explicar, que significa esto?

Miranda: al parecer si e dejado sorprendido a todo el mundo como para que haya que explicarle que hago aquí y porque se organizó esta fiesta -cada palabra de Miranda era como una bomba para todo el que hablaba con ella, ya ni siquiera le importaba que supieran que era ella, contaba con mucho poder para no volver a prisión-

Santiago: amor, el es Hugo, vicepresidente actual de la empresa

Hugo: por favor, déjense de ridiculeces, esta mujer sabe perfectamente quien soy

Miranda: tal parece que si lo conocí alguna vez en mi vida no fue más que un desagrado, porque le aseguro que en este momento no recuerdo haberlo visto nunca

Santiago: mejor vamos Miranda, me gustaría presentarte a alguien más

Miranda: claro amor, con permiso, señor -lo miro de arriba abajo dándole una última mirada de odio y se fue del brazo de Santiago-