Capitulo 60. Esa miranda esta muerta

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Miranda: llevaba un buen rato esperando a la nana con mi hija, me parecía muy extraño que no haya llegado -Miranda le dijo una hora y la nana de su hija nunca se atrevía a desobedecerla en nada, desesperada de tanto esperar Miranda salió para ver si la nana ya había llegado- eh, tere, la nana de mi hija no a llegado?

Tere: si señora, vino pero se tuvo que ir, estaba muy asustada y nerviosa, al parecer su madre no se encontraba bien

Miranda: y mi hija? -pregunta nervisa empezaba a sentir el miedo recorriendo todo su cuerpo, pero lo que venía era aún peor de lo que se pudiera imaginar- se la llevo con ella? Donde está? -pregunta desesperada-

Tere: no señora, no se la llevo con ella, el señor Ricardo estuvo por aquí y...

Miranda no dejo terminar a su secretaria y salió corriendo a la oficina de Ricardo. Ella estaba aterrada, su hija está en manos de la persona que precisamente la protege tanto, tenía miedo de lo que ricardo fuera a hacerle a ese pequeño ser indefenso

Miranda: Ricardo!! Entregame a mi hija -dijo enojada, aterrada, nerviosa-

Ricardo: Miranda por dios! No grites, que no ves que está dormida

Miranda: cállate!! Que sea la última vez que tocas a mi hija, Ricardo -le advierte enojada-

Ricardo: te recuerdo que también es mi hija

Miranda: no lo es!! El único padre que Renata conoce se llama Santiago montemayor, no es tu hija!!

Ricardo: Miranda por favor -dice desesperado- ya deja de mentir!

Miranda: dame a mi hija, Ricardo... Dámela dámela damela!! -grita desesperada, Miranda le arrebató a la niña de los brazos a Ricardo y salió corriendo de ahí, lo menos que quería era que su hija sufriera, y para ella estar cerca de Ricardo era el mismo infierno-

Miranda fue a su despacho hecha un mar de lágrima, podía ser dura y fuerte delante de los demás, pero por su hija se convertía en un animalitos indefenso, renata era lo único puro que le quedaba de Ricardo, la razón por la que sigue de pie dispuesta a vengarse de los que le hicieron tanto daño. Miranda se sentó en el sofá de su oficina con su hija en brazos y empezó a hablarle para tratar de calmarse, la ver estaba tan tranquila, como su nada a su alrededor estuviera pasando

Ricardo: cuando Miranda salió me dejo pensando tantas cosas, ella tenía razón en rechazarme, fui un monstruo, pero si en realidad deseó que me perdone, todo debe ser como antes, que ella me vea como el Ricardo que le prometió que nunca la lastimaría, llego el momento de lograr su perdón, aún sea arrastrandome ante ella, no quiero estar separado ni de ella ni de mi hija nunca más

Cuando Miranda salió de la oficina de Ricardo y varios segundo después el fue tras ella, la oficina de mirada estaba semi-abierta así que se quedo ahí al escucharla hablar

Miranda; perdóname mi niña, no debí dejarte sola con el, perdóname perdóname, no quisiera que jamás te hiciera daño como lo hizo conmigo, que nadie te hiciera daño, te prometo que jamás me alejate de ti ni un segundo tu eres mi vida y me moriría si algo te llegara a pasar

La pequeña empezó a llorar en señal de lo hambrienta que estaba, Miranda adoraba este Momento con su hija, darle de comer fue una sensación increíble desde el primer momento que lo hizo

Ricardo seguía en la puerta, Miranda ni siquiera lo había notado, estaba tan comsentrada en su hija, cuando Ricardo vio como ella dejaba al descubierto su pecho algo muy grande se le movió dentro: deseó. Ricardo deseaba tanto a Miranda que aún viéndola en las circunstancias tan tierna en la que se encontraba lo único que quería era hacerla suya como tantas veces lo hizo, la extrañaba como un loco

Confía En el AmorWhere stories live. Discover now