CAPÍTULO 26

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De todos los lugares que hay en esta ciudad justo en este preciso momento tenía que aparecer  lo miro y me sonríe de forma descarada haciéndome entender que presenció y escuchó todo lo de recién.

- Mateo ¿qué haces acá?- lo primero que digo estoy muy nerviosa.

- Francisco me aviso lo que sucedió y me imagine que te encontraría acá- contesta.
- Hola Alexander- lo saluda alegremente.

- Buenas tarde Mateo -  saluda cordialmente.

- Por sus caras  no voy a contar nada de lo que acabo de ver- bromea con nosotros yo quiero que me trague la tierra en este preciso momento.

- ¿Qué viste?- preguntó incrédula.

- No falta decir que ví, solo voy a decirte una cosa Alexander si solo veo una lágrima que derrama mi amiga por tu culpa despidete  de tu hermoso rostro - dice en tono amenazador , solo reímos por sus palabras.

- Mateo deja de joder - grite tratando de escapar de esta charla incomoda que esta tratando de empezar tampoco quiero que obligue a Alec a decir algo que no quiere.

- Solo digo la verdad Ani. Tengo una idea y si nos vamos de fiesta disfrutemos la noche porteña.- propone Matt me alegra que cambie la conversación.

- ¿Un lunes? - cuestiona mi socio.

- Claro no sabes los lunes son los nuevos sábados, todo el mundo sale los Lunes! - contesta mi amigo de forma exagerada que tanto lo caracteriza.

- Esta bien, aceptó tu propuesta pero no invites a Fran- digo todavía no quiero cruzarmelo sigo muy enojada.

- Acepto pero sin dramas- bromea Alec.

Mateo tenía razón demasiadas personas salían los lunes disfrutamos la noche aunque mi querido amigo estaba siempre metido en el medio nisiquiera dejaba que rozaramos nuestras manos, si no está mi primo está Matt interrumpiendo cada casi beso que tratábamos de darnos.
Al llegar a casa otro problema más Carmen estaba tan atenta a cada movimiento que hacíamos que era bastante incómodo estar en mi propia hogar.
El día que viajábamos mi tío hizo un gran asado en su casa a honor de "pequeña sobrinita" aunque seguía dedicando sus miradas asesinas a Alec porque me dejo bien en claro que no le cae nada bien como supuestamente me mira.      Con Francisco arreglamos nuestros problemas me pidió disculpa miles de veces hasta que las acepté sin antes dejar en claro varias cuestiones.

Al bajar del avión el frío de Nueva York golpeó  mi cara arrastrandome a la realidad, un escalofrío invadió mi cuerpo tenía un mal presentimiento pero traté de apartarlos de mi cabeza. Alec decidió trerme hasta mi departamento, el silencio nos invadió, ojala pudiera escuchar sus pensamientos así entendería varios de sus actitudes. No tenia idea como continuaría esto, olvidarnos de lo sucedido o enfrentarlo pero tenía una leve sospecha que todo quedaría  en absolutamente nada.

- Llegamos - su voz me saco de mis pensamientos.

- Gracias por traerme - desabroche el  cinturón y  bese  su mejilla antes de bajarme. - Buenas noches - me despido antes de cerrar la puerta del auto.
Caminé hacia mi departamento solo necesitaba descansar, olvidarme de él y dejar de recordar la hermosa semana que pasamos juntos. Abro mi puerta enciendo la luz y mi cuerpo se estremece al ver quien estaba sentado en mi sillón.

- Hola Savana, ¿me extrañaste?  -

Enamorada de mi Socio ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora