Capitulo 9

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No hizo falta que tocara la puerta, Tomás estaba allí esperándome cuando me bajé del taxi. Estaba aún con su ropa puesta pero se encontraba descalzo.

Me indicó que lo siguiera a su habitación dónde se paró en la ventana y se prendió un cigarrillo; lo había visto fumar muy pocas veces, sólo en épocas de exámenes. Era obvio que él estaba más alterado de lo que creía.

–Lo que viste que pasó con Flo...

–Vi lo que vi Rocco, no hace falta que me des un informe detallado de eso –espeta mirándome de mala manera. –Lo que quiero que me digas es porque lo niegas tanto, porque simplemente no nos lo dices, somos amigos por Dios santo.

–No lo digo porque no hay nada entre ella y...

–¡Los vi besándose maldición! –exclamó y volvió su vista a fuera. Lo escuché respirar varias veces probablemente en busca de calma.

–Despertarás a todos.

–No hay nadie en casa –dice con molestia. –Rocco, deja de negarlo. Los vi besándose. Te fui a buscar porque necesitaba hablar contigo y allí estaban.

–Ella y yo nunca nos besamos –digo con seriedad parándome para ponerme frente a él que apretaba el cigarrillo fuertemente entre sus dedos y tenía su vista fija en el exterior. –Hey... sólo estábamos hablando –continúo buscando su mirada, pero él se niega a dármela. –Flo me dijo que estaba enamorada de mí –pruebo y encuentro sus ojos, tengo toda su atención. –Me dijo que quería que intentáramos ser más que amigos y sí, intento besarme, pero la detuve.

–Mentiroso.

–No te estoy mintiendo Tomás –digo con enojo tomando su brazo con fuerza. Él me mira en forma de advertencia pero no lo suelto. –¿Por qué te mentiría? –Suspiré –le expliqué que no me gustaba de esa manera, que quería que siguiéramos siendo amigos pero nada más.

–¿Ella lo aceptó así como así?

–Por supuesto que no –lo solté y prendí un cigarrillo. –Pero le dije que me gustaba otra persona y por eso no podía estar con ella. Claro que no lo aceptó, dijo que no le importaba y que quería que le diera una oportunidad.

–¿Qué le dijiste? –lo miré y se había acercado un paso más a mí.

–Que se valore un poco más.

–¿Quién es la persona que te gusta entonces?

–¿Quién? –consulté y él asintió. –Nadie... sólo lo dije para que no me siga insistiendo.

–Entonces –lo veo un poco confundido. –¿Por qué no quieres estar con ella? ¿Acaso no es perfecta?

–Es perfecta... pero –trago saliva. –Simplemente no me gusta.

– No me jodas Rocco, la chica está buena y muere por ti –dice de mala gana tirando el cigarrillo–¿Tu juego es hacerte el interesante para tener a más mujeres detrás de ti?

–¿De qué demonios estás hablando Tomás?

–¿O es que no quieres nada serio porque quieres picotear por todos lados?

–Cállate, estás borracho y estás diciendo idioteces –digo mirándolo como se aleja de mi.

–No puedo creer que apenas te conozco. Yo pensé que eras un chico tímido solamente pero resulta que ahora eres todo un mujeriego.

–Yo no soy...

–¿Es por eso que te llevas mejor con Nano que conmigo no?

–Basta.

–Claro, esas veces que salen de fiesta y no me avisan es porque saben que no apruebo eso.

–¡Tomás basta! –exclamo con furia, no podía creer que estuviera diciendo todas esas cosas.

–Al final ni siquiera sé porque te quiero como amigo, eres todo lo que odio en una persona.

–¿¡Soy gay de acuerdo!? –exclamé para que cerrara su maldita boca. Dios, eso había sido difícil de decir. –Quizás si soy lo todo lo que odias en una persona pero no es por lo que piensas... yo soy gay.


1. Permanece a mi ladoWhere stories live. Discover now