Capítulo 53

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Ninguno de los dos dijo nada después de aquello. Yo no me retractaría de mis palabras y al parecer él me estaba dando la razón; las cosas nunca fueron fáciles con Rocco pero últimamente él parecía estar haciéndolo todo más difícil apropósito, esperando que sea yo quien termine aquella relación.

El mes de Octubre pasó rápido, ya no lo había encontrado mirándome a escondidas pero sí había observado que estaba aún más cansado que de costumbre; incluso Nano e Ignacio habían comentado que él les había confesado aquello. Sin embargo Rocco seguía volviendo tarde a su casa, seguía saliendo los fines de semana y había comenzado a faltar a clases a pesar de que sabía que podía perder el año escolar por aquello.

En Noviembre, el 7 de ese mes, no nos vimos. Sí hablamos por teléfono pero no mucho más allá de un "¿Cómo estás? ¿Nos podemos ver?" a lo que su respuesta por supuesto fue no puedo. En ese momento le pregunté si le parecía buena idea seguir con todo esto y él respondió que no estaba tan seguro... guardé silencio y le pedí que por favor dentro de un mes me diera la respuesta definitiva, después de todo yo me iría al comenzar el otro año y debía saber qué era lo que Rocco quería hacer conmigo.

El anteúltimo mes del año pasó rápido entre exámenes, fiestas y preparativos del acto de la entrega de diplomas. Fue poco lo que vi a Rocco aunque lo que me dijo Fidel es que le había ido sorprendentemente bien en los exámenes, me alegré sinceramente por él pero no pude decírselo en persona porque hasta mirarlo me apretaba el pecho obligándome a apartar la mirada. Finalmente el 7 de Diciembre nos citamos en un bar del centro, nada bueno a mi parecer porque eso quería decir que lo que me tenía que decir podía hacerlo en público y sabía que Rocco era muy reservado con el tema de su sexualidad, por lo que probablemente me daría el corte definitivo.

Cuando llegué al lugar del encuentro Rocco me esperaba en una mesa del exterior con un cigarrillo entre sus manos y tres más ya terminados en el cenicero, yo sólo había llegado diez minutos tarde.

–Hey...

–Hola –respondió él más formal apagando su cigarrillo y acomodándose en la silla. Me senté frente a él y guardé silencio mientras pedía dos cafés. Dos cafés... nunca habíamos tomado café antes, esto realmente iba de mal en peor; aunque la verdad es que no iba preparado para nada bueno.

–¿Cómo estás? –consulté luego de unos minutos de silencio en los que él sólo se limitó a ver su teléfono.

–Bien.

–Me alegro –suspiré. Eso era ridículamente incómodo y yo odiaba el café. –Entonces...

–Sí... –tragó saliva y miró a su alrededor, quizás buscando ayuda de alguien. –Esto es muy incómodo.

–Ni que lo digas.

–Así que voy a ser breve –se encontró con mi mirada y la sostuve lo que más pude. Aquello iba a doler. Llenó sus pulmones de aire y lo largó con brusquedad, se movió a su mochila y sacó unos cuantos papeles impresos los que esparció por la mesa. –Postulé a muchas becas, no quedé en ninguna.

– ¿Disculpa?

–Tomé clases particulares pero los exámenes fueron bastante duros, eso sin contar que levantar las notas de la primera mitad del año fue casi imposible –continuó volviendo a guardar lo que parecían mails de rechazo. –Sin embargo terminé con buenas notas como te habrá informado Fidel.

–Sí.

–No voy a ir por el diploma –continuó y yo simplemente asentí. –Ese día trabajo y sinceramente me parece una idiotez ir.

– ¿Trabajas?

–Claro, cómo crees que pagaré la universidad si no trabajo.

Me quedé en silencio unos cuantos minutos simplemente mirándolo a los ojos. Él escondía una sonrisa tras su intento de disimulo, pero yo aún estaba un poco mareado; él parecía creer que yo entendía todo lo que estaba pasando pero en realidad no lo sabía. Hasta donde yo sabía él no estudiaría, mucho menos en la universidad, o por lo menos eso era lo que había dicho la última vez que habíamos sacado el tema. Y ahora, resulta que de un momento para otro lo haría. ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Cómo? Eso yo no lo sabía.

–Rocco ¿Sabes algo? –consulto soltando un suspiro porque sinceramente aquello era aún más molesto que si hubiera dicho "Decidí que terminemos". –Hace más o menos unos cuatro meses que no sé nada de tu vida, no entiendo de lo que hablas y me gustaría que me explicaras que es eso de que irás a la universidad.

–No hay nada que explicar Tomás. El año que viene me voy contigo.


1. Permanece a mi ladoWhere stories live. Discover now