Los pecados de los padres

46.9K 2K 103
                                    

-¡No!-. Gemía el hombre atado aquella silla de ruedas. Estaba desnudo, con polos eléctricos atrapando parte importante de su anatomía. La mujer al otro lado de la habitación volvió a aumentar el voltaje del aparato y presionó el botón que dejaba pasar la electricidad hacia el cuerpo de aquel hombre.

No sabía porqué estaba allí. La mujer era solo una prostituta; la había recogido en una de las calles de Moscú; debía agradecer haberla sacado de la nieve con su traje rojo de puta... sin embargo, estaba sentado allí, sin tener la más mínima idea de que quería aquella mujer.

-¿Conoces la ubicación de Arthur Colleman?-. Preguntó con voz calmada. Un escalofrío corrió por la espalda del sujeto, a ella no le había importado el dolor de él en todo ese tiempo. No. Ella estaba esperando, pasible, como si la muerte ya tuviese su nombre escrito por alguna parte. Lo sentía, él no saldría de allí con vida.

-De todas formas me matarás-. Dijo el hombre con rabia. Las facciones de la mujer no cambiaron, más lo que le respondió le helo la sangre.

-Lo haré... Con el tiempo. Tengo mucho tiempo. Señor Hambreaux-. El abrió los ojos asustado.

-Está equivocada. Mi nombre es Nicolay Troscky. No conozco a esa persona, solo soy profesor en la universidad, escuche...-. Otra carga de voltaje atravesó su piel por más de lo debido. Su cuerpo reaccionó y su piel se quemó un poco.

-Usted es Francis Hambreaux. Padres: Anna y Pierre Hambreaux. Creció y vivió en París hasta los 25 años. Graduado con honores de la universidad de París a los 21 años, no parejas hasta cumplir los 28; una prostituta Rumana llamada Diskka. Apareció muerta dos días después en un basurero a tres cuadras de su casa. No fue culpado o implicado en su muerte. Otras cinco prostitutas aparecieron ese mismo año de forma similar. Casos sin resolver. A los 29 se mudó a estados unidos contratado por la farmacéutica Merceli, a los cuarenta años, él y sus entonces colega y jefe de investigaciones en la compañía desaparecieron sin dejar rastro. Gracias a la descendencia Rusa de su madre pudo ocultarse y pasar por nacional ruso tomando el nombre de Nicolay Troscky que da la casualidad, era el nombre de su única víctima masculina. Un joven prostituto de 17 años de origen ruso. Dos años más tarde, contrajo matrimonio con Julia Sainclare, una prometedora pianista rumana. Tienen una hija, Angel, igual de talentosa que su madre. ¿Ahora dígame, señor Hambreaux, donde está Arthur Colleman?-. El hombre no contestó. No tenía que. Ella, por primera vez, se levantó y sin más salió de la habitación.

Pasaron dos días. El hombre estaba sediento. Tenía las manos y los pies azulados por la falta de circulación en las extremidades. Sentía sueño pero el miedo al regreso de la mujer no lo dejaba pegar los ojos. Ella entró con un suave abrir en la puerta. Llevaba un traje completamente blanco, un maletín colgaba de su mano. Ella colocó una portátil en una mesa y la encendió. El hombre abrió los ojos y empezó a vociferar en contra de la mujer. Está en su espeluznante calma espero a que terminara su discurso.

-Te hare una pregunta diferente. Quiero que respondas asintiendo o negando. No quiero escuchar tu vos por ahora-. El hombre asintió. En la pantalla estaba su hija, Angel, abrazando su oso de peluche. –Bien. Recuerda lo que Colleman hacía para obtener su material de trabajo-. El hombre volvió a asentir. Claro que lo recordaba. En los primeros meses de su investigación se les negaban apoyo para conseguir las mujeres portadoras. Ellos decidieron sacar mujeres de las calles sin familia y...

-¡No! Por favor le diré todo. Pero no le haga eso ella es dulce. Es un Ángel-. La mujer pulso el botón y el guardara silencio a pesar del dolor que sentía en cuerpo.

-Bien. Ángel está en un buen lugar ahora. Cuando acabemos su hija sabrá que su padre fue un héroe que a pesar de que podía cambiarla por su vida él prefirió morir antes de verle un solo pelo lastimado. Entiende-. El asintió.

-Cuando nos marchamos, Arthur estaba asustado. Le dijeron que había personas interesadas en sus investigaciones. Ellos ya tenían todo lo que necesitaba y a él ya le estaban dando remordimientos de conciencia. Ellos le iban a matar. El solo quería escapar. Nos aseguramos de que no pudiesen replicar la investigación y desarrollo de los sujetos de prueba sacamos la información de los sujetos de prueba más complejos. Él se marchó hacia Marruecos. Su padre era inglés pero creció allí. Cinco años después me envió una carta desde Colombia. Tiene una tienda de regalos en la capital. Cambió su nombre, tomó el del hermano de su primera esposa, Clara. Se llama James Casca. Se casó con una nacional llamada Carmen, nunca pudieron tener hijos-. La mujer asintió, se colocó nuevamente en su portátil y comprobó los datos. Asintió unos minutos después.

-Me dirás dónde está tu información. Las drogas y fórmulas de los primeros sujetos de prueba. Me darás también los nombres de todos lo que conociste en esa época. Tomaré tu palabra como seguro. No obstante, recuerda que si a tú muerte compruebo que has mentido tú Angel lo pagará-. El hombre solo asintió con lágrimas en los ojos. El no volvería a ver a su hija. Sabía que su pasado algún día le alcanzaría pero creía que estaría a salvo por más tiempo. –Te dejare que te despidas de ella con una condición: quiero saber ¿qué le pasó al sujeto de prueba 152?-. El sujeto palideció aún más.

-Yo... era el que más rápido respondía a la medicación y los cambios. Él era más inteligente de ese lote, sus hermanos no sobrevivieron a pesar de que Arthur estaba obsesionado con ellos...-.

-¿Porque?-. Preguntó por primera vez visiblemente cabreada.

-Él se enamoró de su madre, Leila, tenía diez años cuando la llevamos al centro de prueba, era solo una de esas niñas que sus padres maltrataban, fue violada por su padre a los ocho años y se fugó de casa con su hermano menor; él murió el primer invierno que pasaron en la calle, solo tenía cuatro años. El sujeto de prueba 152 fue el segundo de sus hijos. Lo tuvo a los 12 años, Arthur, era el padre. El no permitía que nadie la tocara. Ella tuvo 3 hijos más, ninguno era como 152. Ella lo odio, a Arthur. La sacó de allí nueve años después. La internó en un retiro, la visitaba dos o tres veces al mes... no se más de ella-. El hombre pensó bien sus siguientes palabras. Ella sabía aquel número, y a menos que haya encontrado a otros era imposible. Finalmente hablo. –El sujeto 152 sobrevivió. Actualmente dirige al ONE. Tomó el nombre, Justice-.

-Bien-. Agregó la mujer sin alguna emoción visible.

Una hora más tarde. Sarha lloraba como el día que su madre muriese. Por fin sabía donde estaba su padre. El muy maldito se había ocultado de todos dejando a su madre embarazada y enferma. Sarha había terminado, siendo criada por uno de los enfermeros que cayó bajo el hechizo de la dulzura de su madre. Las sacó de aquel lugar cuando ella cumplió los dos años. José Serrano siempre seria su padre. El murió dos meses después de su madre, después de haberle contado una historia de lo que creyó era pura fantasía. Una historia sobre científicos y niños animales. Ella no le creyó. No, en ese momento, no lo hiso. Creyó de sus padres unos dementes. Estúpida y mimada niña patética..., tres meses más tarde el mundo conoció a los NE y ella se quedaba sola en el mundo. Su único enclave era Colleman y, ahora su hermano. Traería a su padre de vuelta y le haría pagar por todo el daño causado.

Hambreaux estaba muerto. Sería encontrado tres días más tarde. Ella lo había levantado, lo envió a bañarse y lo hiso vestirse de forma decente. Lo traslado a una habitación limpia y le inyectó una dosis letal de anestésicos y lo dejó dormir. El hombre no protesto. Su hora había llegado y agradeció que se le tratase de forma humana. Aunque no lo mereciese... 


Hola..

Bueno. Esta es mi primer historias de NE.

Espero que les guste. 

Cold. Nuevas Especies. Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora