Cap 24.- "No será hoy... Pequeño"

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[Aisa]

Regresamos a casa en completo silencio, en el camino nos cruzamos con las ambulancias y bomberos, mi corazón se hace pequeño al recordar lo sueldo y me obligo a que la culpa no !e envuelva por completo.

Miro a As que maneja tranquilamente, su vista está fija al frente y su expresión es relajada y despreocupada. Era de esperar, no podía ser de otra manera.

—Necesito que me lleves s casa —digo de la manera mas causal, As me dedica una rápida mira, pero no dice nada— ¿Me has escuchado?

— Te he escuchado pequeña, pero iremos directo a mi departamento, tengo muchos planes para ambos —dice y al saber a lo que se refiere me estremezco, pero no puedo dejar que mis planes cambien.

— Estoy casi desnuda, debo ir a casa por algo de ropa.

— No necesitarás la ropa.

— Será rápido, solo tomo la ropa y otras cosas que necesito y nos vamos, además quiero ver que Gretel esté bien.

— Que sea rápido —dice sin despegar su vista del camino y yo sonrío de manera interna.

Un rato después ya estamos frente a la casa, me cercioró de que no halla nadie cerca y salgo rápidamente del auto para entrar a casa. Gretel no está, me supongo estará en el colegio. Subo rápidamente a mi habitación aprovechando que As decidió quedarse en el auto. Rápidamente me coloco algo de ropa y después tomo una mochila y meto algo de ropa y otras cosas, pero lo que realmente vine a buscar es otra cosa.

De entre mis cajones saco un estuche médico, dentro vienen un par de jeringas y ampolletas, tomo una con cuidado y después extraído el líquido con una jeringa. La guardo bien el la mochila y me apresuro a bajar, cuando paso por la habitación de Gretel escucho un extraño sonido, me detengo de inmediato y me acerco a la puerta, tomo el pomo para abrirla, pero esta tiene seguro.

— ¿Gretel estás ahí? —silencio es lo único que obtengo. Restandole importancia salgo corriendo de la casa y de la misma manera entro al auto.

— ¿Y Gretel?

—Seguramente está en el colegio —digo vagamente.

—Sí, claro —dice él como si sospechara que su hermanita está en cualquier lugar, menos el colegio.

Cuando llegamos al edificio de apartamentos, As aparca el auto y sale rápidamente rodeándolo, abre mi puerta, toma mi mano y me jala, salgo casi cayéndome. Pone el seguro al auto y camina a toda prisa llevándome tras él. Saludamos como de costumbre la guardia quién nos sonríe de manera amable. Mi corazón late con fuerza cada que pienso que ese también era el lugar de residencia de Adam. Ahora está muerto y su único pecado fue acercarse a mí.

En el elevador siento las constantes miradas de As, prefiero no mirarle y que noté en mi mirada lo que no he dicho aún, aunque segura estoy de que él conoce mi sentir, cómo también sé que no le interesa.

— Pareces nerviosa —dice y me tenso.

— Lo estoy.

—¿Se puede saber por qué?

— Acabo de provocar la muerte de una persona.

— ¿Realmente es eso? ¿La muerte de una persona? O tal vez es el hecho de que ea persona es... Ese hombre. Ni siquiera puedo decir su nombre. ¿Te afecta su muerte?

— Me preocupa, que puedan atraparnos —digo desviando un poco el tema— Aún me sorprende de como nos libramos tan fácilmente de lo de hace siete años.

Beso Letal (18+)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora