Cap 34.- "Los verdaderos deseos de un corazón"

23.5K 1.8K 1.9K
                                    


*As*

El pequeño cuerpo de Aisa se mantiene hecho un ovillo entre mis brazos, se aferra a mí con toda la fuerza que posee, siento su miedo, su tristeza y su dolor. Gemidos lastimeros y suspiros quebrados escapan de sus labios a cada momento. Como si entendiera hoy más que nunca que mi presencia es más muerte que otra cosa, ella me pide, me implora y ruega que le lleve a lado de esa persona cuya existencia ha desaparecido dejando un enorme vacío en su alma ya bastante agrietada.

— Lo siento — digo y deja escapar otro suspiro — Es mi culpa que tu vida se haya arruinado. Lamento haber llegado a tu vida.

— ¿De verdad? — pregunta sacando su rostro de mi pecho para mirarme, sus ojos no brillan, no están en calma, no hay paz en ellos. Se han oscurecido como las incontenibles aguas del mar en una tormenta debastadora. — ¿Lo lamentas? — Le miro fijo, viendo su piel palida, sus grandes ojeras, sus ojos rojos de tanto llorar, siento su pequeño, liviando y debilitado cuerpo, saboreo el sabor de su sangre que aun permanece en mi boca y mi sentir confirma el monstruo que soy.

— No — digo sin dudar — Debería, realmente debería lamentarlo, ¡pero joder! ¿Cómo podría?

— Algunas veces me detengo a pensar en que habría pasado si nunca te hubiera seguido y me hubiera quedado en casa de America.

— Seguramente vivirías feliz.

— No lo creo. Despues de la muerte de mi familia, no podria haber vivido completamente feliz, menos en un lugar que me recordaba a ellos a cada momento. Creo que me odiaba demasiado, tal vez nunca me he perdonado el no haber estado ese día. Pienso que no logré aceptar que ellos murieran y yo viviera. El conocerte... fue justo lo que merecia. Un castigo tal vez... uno demasiado bueno a comparación de lo que en verdad merezco y Gretel, ella era esa bebida caliente en días de invierno. Estaba tan loca como tú y yo, pero la amaba tanto, que solo por ella valió la pena todo lo demás.

— Ella ya no está, deberias intentar escapar de mí. Estoy tan obsesionado por ti y tu sangre que por mí mismo no puedo ni quiero dejarte ir, pero si lo intentas, tal vez lo logres. Tal vez aún puedas salvarte de lo que te espera estando a mi lado.

— He podido escapar de ti, pero en verdad no he querido. Siempre busco maneras de destruirme, lo sabía, pero lo ignoraba. Ahora entiendo más que antes, he llegado a conocerme mejor y puedo aceptarlo abiertamente. No quiero la luz, no quiero la salvación, no quiero una felicidad real.

— Eres la más grande masoquista que he conocido...

— ¿Puedes ver lo mal que estoy?... —Dice escalando por mi pecho hasta juntar su rostro con el mío. Su tibio aliento choca en mis labios, la miro fijo a los ojos contemplando en ellos la belleza muerta mas increíble en el mundo— Tan loca... tan enferma. El dolor que siento de saberme atrapada a tu lado es un delicioso delirio. Todo duele, y duele tanto como el odio que siento por mí misma, quiero que siga doliendo. No quiero que deje de doler. Deja que mi sangre siga fluyendo fuera de mí, deja que permanezca así hasta la muerte misma.

— Tan demente estás... —le aprieto contra mí obligando a hundirse en mi cuello — Eres tan perfecta en tantos aspectos que ni tu misma puedes entender, tanto así que me eres tan irreal, a veces pienso que me he vuelto completamente loco y que solo eres parte de mi imaginación.

— Sería decepcionante si solo soy un producto de tu imaginación.

— Muy decepcionante.

— Dime, ¿me llevarás a donde Gretel?

— Aún no — Mis ojos se desvían sobre la cajita de madera tallada que brilla bajo la luz de la luna; la urna que guarda las cenizas de mi hermana.

Beso Letal (18+)Where stories live. Discover now