Beso Letal (18+)

Cap 38.- II

Aisa

As regresa con un par de sándwiches y se sienta a mi lado, comienzo a comer mientras le observo fijo, su mirada se muestra bastante serena y todo él desprende un aura que a pesar de estar presente en él los últimos días, en realidad no le pertenece.

 
- As... 

- ¿Qué pasa? 

- ¿Recuerdas cómo nos conocimos? 

- ¡Como olvidarlo! -se gira hacia mí y sonríe-. Eras un jodido dolor de cabeza. 

- ¿Ya no lo soy? 

- No de la misma manera. Antes eras insoportable... ahora también, pero diferente. 

- He estado recordando aquellos días. Si en aquel primer encuentro me hubieras matado... -pienso en todas las cosas que pasaron por esa simple razón-. ¿Alguna vez te has arrepentido de no haberme matado? 

- No, nunca. ¿Tú te arrepientes de haberme acosado como una loca? 

- No -digo riendo al recordar que efectivamente era una loca acosadora. 

- Me gusta que rías, últimamente no lo haces mucho. 

- Lo lamento. 

- No, yo lamento no poder hacerte feliz -sus palabras salen en un tono de dolor tan sincero que cuesta creerlo. 

- Y... ¿Recuerdas nuestra promesa? -Me mira fijo de manera intensa, suspira y mira nuevamente a la distancia. Me pongo en cuatro y gateo hasta estar frente a él, me siento sobre mis rodillas y tomo su rostro entre mis manos-. Quiero morir As... 

- Lo sé, pero no puedes -dice quitando de mi rostro los cabellos con los que juega el viento. 

- No, no puedo. No puedo morir antes de matarte. 

- ¿Quieres matarme? 

- Quiero -digo comenzando a jugar con sus labios-. Pero no soy capaz, nunca lo seré. 

- Ya decía yo que estabas demasiado agresiva últimamente conmigo, pero ¿Por qué quieres matarme? 

- Quiero estar contigo siempre, pero si yo muero primero nada me asegura que tú irás conmigo, pero si te mato, sin duda alguna iré tras de ti. 

- Eres tan idiota, soy yo quien siempre va tras de ti y lo haré incluso después de la muerte. 

- ¿En verdad? 

- Realmente no te das cuenta. 

- Pero tú no quieres morir. 

- Pero si tú te vas no me queda nada en esta vida. 

- Que tierno eres -pellizco sus mejillas y solo sonríe. 

- No soy tierno pequeña idiota. 

- Pero últimamente estás tan raro... 

- Mira quien lo dice. 

- Hablo en serio. Estás tan tranquilo, tan obediente, no pareces tú. 

- Estás pasando un momento difícil y no quiero... no quiero darte más dolor. 

- Nunca antes te habías preocupado por esa clase de cosas. 

- Ahora lo hago y te callas o ¿quieres que busque alguna manera de hacerte sufrir? -Rodea mi cintura y me atrae hacía sí, haciéndome sentar sobre sus piernas. 

- Pero de que hablas -tomo su labio inferior entre los míos y tiro de él suavemente -. Emocionalmente nada puede causarme más dolor y ambos sabemos que el dolor físico no me da miedo.